De pronto, una mujer muy astuta gritó desde la muralla de la ciudad: —¡Escúchenme! ¡Escúchenme, por favor! ¡Díganle de mi parte a Joab que se acerque, porque quiero hablar con él!
Entonces una mujer sabia dió voces en la ciudad, diciendo: Oid, oid; ruégoos que digáis á Joab se llegue á acá, para que yo hable con él.
Entonces una mujer sabia dio voces en la ciudad, diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá, para que yo hable con él.
Entonces una mujer sabia gritó en la ciudad: —Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá, para que yo hable con él.
Entonces una mujer sabia dio voces en la ciudad, diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab se acerque hasta acá, para que yo hable con él.
Entonces vna muger sabia dió bozes de la ciudad diziendo: Oyd, oyd: ruegoos que digays à Ioab que ſe llegue àca, paraque yo hable con el.
De pronto, una mujer muy astuta gritó desde la muralla de la ciudad: —¡Escúchenme! ¡Escúchenme, por favor! ¡Díganle de mi parte a Joab que se acerque, porque quiero hablar con él!
De pronto, una mujer muy astuta gritó desde la muralla de la ciudad: —¡Escúchenme! ¡Escúchenme, por favor! ¡Díganle de mi parte a Joab que se acerque, porque quiero hablar con él!
Entonces una mujer sensata se puso a gritar desde la ciudad: — ¡Escuchen, escuchen! Díganle a Joab que se acerque aquí, que quiero hablarle.
Entonces una mujer sabia gritó desde la ciudad: Oíd, oíd; ruego que digáis a Joab: «Ven acá para que hable contigo».
Al verlos, una mujer sabia que vivía en esa ciudad les gritó: —¡Escúchenme! Díganle a Joab que venga acá para que pueda hablar con él.
Entonces una mujer sensata se puso a gritar desde la ciudad: —¡Escuchen, escuchen! Díganle a Joab que se acerque aquí, que quiero hablarle.
Pero una mujer sabia gritó desde la ciudad: ―¡Escuchen, escuchen! ¡Díganle a Joab que venga, pues tengo que hablar con él!
Entonces una mujer sabia gritó desde la ciudad: «Oigan, oigan; ruego que digan a Joab: “Venga acá para que hable con usted” ».
Pero una mujer sabia de la ciudad llamó a Joab y le dijo: —Escúcheme, Joab. Venga aquí para que pueda hablar con usted.
una astuta mujer de la ciudad les gritó: —¡Escúchenme! ¡Escúchenme! Díganle a Joab que venga acá para que yo pueda hablar con él.
Entonces una mujer sabia dio voces desde la ciudad: ¡Escuchen! ¡Escuchen! Les ruego que digan a Joab: ¡Ven acá para que yo hable contigo!
Entonces una mujer sabia dio voces desde la ciudad: —¡Escuchen! ¡Escuchen! Por favor, díganle a Joab: “Acércate acá para que yo hable contigo”.
Entonces una mujer muy astuta gritó desde la ciudad: «¡Por favor, escúchenme! ¡Por favor, díganle a Joab que venga! ¡Necesito hablar con él!»
Entonces una mujer sabia dió voces en la ciudad, diciendo: Oid, oid; ruégoos que digáis á Joab se llegue á acá, para que yo hable con él.
Desde adentro de la ciudad una mujer muy astuta empezó a gritar: —¡Escúchenme, escúchenme! ¡Díganle a Joab que quiero hablar con él!
Desde adentro de la ciudad una mujer muy astuta empezó a gritar: —¡Escúchenme, escúchenme! ¡Díganle a Joab que quiero hablar con él!
Nos conviene tener continuamente presente el versículo 2 Samuel, 20:16 de La Biblia para meditar en torno a él. ¿Qué quiso manifestarnos Dios Padre con el versículo 2 Samuel, 20:16? ¿En qué momentos de nuestra vida diaria podemos llevar a la práctica lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo 2 Samuel, 20:16 de La Sagrada Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo 2 Samuel, 20:16 es un gran aporte que nos permite a ser mejores cristianos y a acercarnos más a Dios, por esa razón es oportuno recurrir al versículo 2 Samuel, 20:16 todas las veces que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber qué pasos dar o para traer paz a nuestros corazones.