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Eclesiastés, 4:4

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Eclesiastés, 4:4

Vi también que el mucho trabajar y el éxito en una empresa provocan la envidia de unos contra otros, y esto también es vana ilusión y querer atrapar el viento.


Visto he asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras mueve la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


He visto asimismo que toda obra bien hecha despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


¶ He visto asimismo que todo trabajo y toda rectitud de obras mueve la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


¶ Vide tambien todo trabajo, y toda rectitud de obras, que no es ſino embidia del hombre contra ſu proximo. Tambien eſto es vanidad, y affliccion de eſpiritu.


Vi también que el mucho trabajar y el éxito en una empresa provocan la envidia de unos contra otros, y esto también es vana ilusión y querer atrapar el viento.


Vi también que el mucho trabajar y el éxito en una empresa provocan la envidia de unos contra otros, y esto también es vana ilusión y querer atrapar el viento.


Yo he visto que toda fatiga y éxito en el trabajo provoca la envidia entre compañeros. También esto es ilusión y vano afán.


Y he visto que todo trabajo y toda obra hábil que se hace, es el resultado de la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento.


Vi que la gente por envidia trata de triunfar y ser mejor que los demás; no les gusta que los demás tengan más que ellos. Eso tampoco tiene sentido, es como tratar de atrapar el viento.


Yo he visto que toda fatiga y éxito en el trabajo provoca la envidia entre compañeros. También esto es ilusión y vano afán.


Vi entonces que el móvil principal del éxito es el impulso de la envidia y los celos. Pero también esto es necedad, es perseguir el viento.


He visto que todo trabajo y toda obra hábil que se hace es el resultado de la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento.


Luego observé que a la mayoría de la gente le interesa alcanzar el éxito porque envidia a sus vecinos; pero eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento.


Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!


También vi que todo trabajo y toda obra excelente Brota de la rivalidad del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad Y correr tras el viento.


Asimismo, yo he visto que todo trabajo y toda obra excelente son resultado de la rivalidad del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


También he podido ver que todo el que se afana y tiene éxito en lo que hace despierta la envidia de su prójimo. ¡Y esto también es vanidad y aflicción de espíritu!


Visto he asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras mueve la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


También vi que todos trabajan y buscan progresar solo para tener más que los otros. Pero tampoco esto tiene sentido, porque es como querer atrapar el viento.


También vi que todos trabajan y buscan progresar solo para tener más que los otros. Pero tampoco esto tiene sentido, porque es como querer atrapar el viento.


El versiculo Eclesiastés, 4:4 de La Biblia consiste en algo que es conveniente tomar constantemente en consideración con el propósito de meditar acerca de él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía proponernos Dios Padre con el versículo Eclesiastés, 4:4? ¿En qué coyunturas de nuestra vida cotidiana seremos capaces de poner en práctica aquello que hemos aprendido gracias al versículo Eclesiastés, 4:4 de Las Sagradas Escrituras?

Dedicar tiempo a la meditación en relación con el versículo Eclesiastés, 4:4 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, por esa razón es útil acudir al versículo Eclesiastés, 4:4 siempre que pueda servirnos de guía y así saber qué pasos dar o para traer la paz a nuestros corazones y almas.