«Seguramente los israelitas, ese pueblo rebelde, te habrán preguntado qué estabas haciendo.
Hijo del hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, aquella casa rebelde: ¿Qué haces?
Hijo de hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, aquella casa rebelde: Qué haces?
«Hijo de hombre, ¿no te ha preguntado la casa de Israel, aquella casa rebelde, qué haces?
Hijo de hombre, ¿nunca te preguntaron los de la Casa de Israel, aquella casa rebelde. ¿Qué haces?
Hombre, Nunca te dixerõ los de la Caſa de Iſrael, aquella Caſa rebelle, Que hazes?
«Seguramente los israelitas, ese pueblo rebelde, te habrán preguntado qué estabas haciendo.
«Seguramente los israelitas, ese pueblo rebelde, te habrán preguntado qué estabas haciendo.
Hijo de hombre, ¿no te han preguntado los israelitas, esa gente rebelde, qué es lo que haces? Si lo hacen
Hijo de hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, esa casa rebelde: «¿Qué estás haciendo?».
«Hijo de hombre, ¿esos rebeldes no te preguntaron qué hacías?
—Hijo de hombre, ¿no te han preguntado los israelitas, esa gente rebelde, qué es lo que haces? Si lo hacen
«Hombre mortal, estos testaduros del pueblo de Israel han preguntado lo que todo esto significa.
«Hijo de hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, esa casa rebelde: “¿Qué estás haciendo?”.
«Hijo de hombre, esos rebeldes —el pueblo de Israel— te han preguntado qué significa todo lo que haces.
«Hijo de hombre, con toda seguridad el pueblo rebelde de Israel te preguntará: “¿Qué estás haciendo?”
Hijo de hombre, ¿la casa rebelde de Israel, no te preguntó qué haces?
“Oh hijo de hombre, ¿no te han preguntado los de la casa de Israel, esa casa rebelde, qué estás haciendo?
«Hijo de hombre, seguramente ese pueblo rebelde, el pueblo de Israel, te va a preguntar qué es lo que haces.
Hijo del hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, aquella casa rebelde: ¿Qué haces?
«Dime, Ezequiel, ¿qué piensan los israelitas de lo que has estado haciendo? Si te lo preguntan
«Dime, Ezequiel, ¿qué piensan los israelitas de lo que has estado haciendo? Si te lo preguntan
Debemos tener continuamente presente el versículo Ezequiel, 12:9 de La Biblia con el objetivo de hacer una reflexión sobre él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué trataba de manifestarnos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Ezequiel, 12:9? ¿En qué ocasiones de nuestro día a día seremos capaces de hacer valer lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Ezequiel, 12:9 de Las Sagradas Escrituras?
Dedicar tiempo a la meditación en torno a lo que se refiere el versículo Ezequiel, 12:9 nos ayuda a ser mejores cristianos y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa cuestión es conveniente recurrir al versículo Ezequiel, 12:9 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos una luz que nos guíe y así saber cómo actuar o para traer la paz a nuestros corazones.