»La ciudad estará rodeada de una muralla, que medirá dos mil doscientos cincuenta metros por cada uno de sus cuatro lados. En cada lado de la muralla habrá tres puertas, cada una dedicada a una de las
Y á la parte del mediodía, cuatro mil y quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Issachâr, otra; la puerta de Zabulón, otra.
Al lado del sur, cuatro mil quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra.
Al lado del sur medirá cuatro mil quinientas cañas y tendrá tres puertas: la puerta de Simeón, la puerta de Isacar y la puerta de Zabulón.
Y a la parte del mediodía, cuatro mil quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra.
Y à laparte del Mediodia, quatro mil y quinientas cañas por medida: y tres puertas. La puerta de Simeon, vna: la puerta de Isachar, otra: la puerta de Zabulon otra.
»La ciudad estará rodeada de una muralla, que medirá dos mil doscientos cincuenta metros por cada uno de sus cuatro lados. En cada lado de la muralla habrá tres puertas, cada una dedicada a una de las
»La ciudad estará rodeada de una muralla, que medirá dos mil doscientos cincuenta metros por cada uno de sus cuatro lados. En cada lado de la muralla habrá tres puertas, cada una dedicada a una de las
Por el lado meridional, que medirá dos mil doscientos cincuenta metros, habrá otras tres puertas: puerta de Simeón, puerta de Isacar y puerta de Zabulón.
Al lado sur, cuatro mil quinientos codos por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra.
El muro del sur es de 2250 de largo. Las tres puertas de este muro son las de Simeón, Isacar y Zabulón.
Por el lado meridional, que medirá dos mil doscientos cincuenta metros, habrá otras tres puertas: puerta de Simeón, puerta de Isacar y puerta de Zabulón.
El muro sur, con la misma extensión, tendrá las puertas de Simeón, Isacar y Zabulón
Al lado sur, 4,500 codos (2,363 metros) por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra.
En la muralla sur, también de dos kilómetros con cuatrocientos metros de largo, las puertas llevarán el nombre de Simeón, de Isacar y de Zabulón
»Por el sur, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de Simeón, la de Isacar y la de Zabulón.
Por el lado del sur 2,25 kilómetros medidos, y tres puertas: una puerta de Simeón, una de Isacar y una de Zabulón.
“El lado sur tendrá dos mil doscientos cincuenta metros de largo y tres puertas: la puerta de Simeón, la puerta de Isacar y la puerta de Zabulón.
Por el lado sur, medirá mil quinientos metros, con tres puertas: la de Simeón, la de Isacar, y la de Zabulón.
Y á la parte del mediodía, cuatro mil y quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Issachâr, otra; la puerta de Zabulón, otra.
»La ciudad será de forma cuadrada, y tendrá dos mil doscientos cincuenta metros por lado. En cada lado habrá tres entradas, y cada una tendrá un portón que llevará el nombre de una de las tribus de Is
»La ciudad será de forma cuadrada, y tendrá dos mil doscientos cincuenta metros por lado. En cada lado habrá tres entradas, y cada una tendrá un portón que llevará el nombre de una de las tribus de Is
Es conveniente tener siempre presente el versículo Ezequiel, 48:33 de La Santa Biblia para hacer una reflexión sobre él.Seguramente deberíamos preguntarnos ¿Qué pretendía manifestarnos Dios Padre con el versículo Ezequiel, 48:33? ¿En qué coyunturas de nuestra vida cotidiana seremos capaces de aplicar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Ezequiel, 48:33 de Las Sagradas Escrituras?
Hacer un análisis profundo sobre el versículo Ezequiel, 48:33 nos supone una ayuda a ser mejores cristianos y a aproximarnos más a Dios, por eso es aconsejable recurrir al versículo Ezequiel, 48:33 cuando creamos que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer el sosiego a nuestros corazones.