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Génesis, 1:3

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Génesis, 1:3

Entonces Dios dijo: «¡Que haya luz!» Y hubo luz.


Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz.


Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.


Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz.


¶ Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.


Y dixo Dios, Sea la luz: y fue la luz.


Entonces Dios dijo: «¡Que haya luz!», Y hubo luz.


Entonces Dios dijo: «¡Que haya luz!» Y hubo luz.


Entonces dijo Dios: — ¡Que exista la luz! Y la luz existió.


Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.


Dios dijo: «Que haya luz», y hubo luz.


Entonces dijo Dios: —¡Que exista la luz! Y la luz existió.


Entonces Dios dijo: «¡Que aparezca la luz!». Y apareció la luz.


Entonces dijo Dios: «Sea la luz». Y hubo luz.


Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz.


Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir.


Entonces ʼELOHIM dijo: Haya luz. Y hubo luz.


Entonces dijo Dios: “Sea la luz”, y fue la luz.


Y dijo Dios: «¡Que haya luz!» Y hubo luz.


Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz.


Dijo entonces Dios: «¡Quiero que haya luz!» ¡Y al instante hubo luz!


Dijo entonces Dios: «¡Quiero que haya luz!» ¡Y al instante hubo luz!


Deberíamos tener constantemente presente el versículo Génesis, 1:3 de La Santa Biblia para hacer una reflexión acerca de él.Tal vez sería bueno preguntarse ¿Qué pretendía proponernos Dios Padre con el versículo Génesis, 1:3? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que podemos poner en práctica lo que hemos aprendido gracias al versículo Génesis, 1:3 de La Biblia?

El hecho de reflexionar acerca de el versículo Génesis, 1:3 nos supone una ayuda a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por ese motivo es oportuno servirse del versículo Génesis, 1:3 siempre que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber cómo actuar o para traer paz a nuestros corazones y almas.