Entonces Dios dijo: «¡Que haya luz!» Y hubo luz.
Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz.
¶ Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Y dixo Dios, Sea la luz: y fue la luz.
Entonces Dios dijo: «¡Que haya luz!», Y hubo luz.
Entonces Dios dijo: «¡Que haya luz!» Y hubo luz.
Entonces dijo Dios: — ¡Que exista la luz! Y la luz existió.
Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.
Dios dijo: «Que haya luz», y hubo luz.
Entonces dijo Dios: —¡Que exista la luz! Y la luz existió.
Entonces Dios dijo: «¡Que aparezca la luz!». Y apareció la luz.
Entonces dijo Dios: «Sea la luz». Y hubo luz.
Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz.
Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir.
Entonces ʼELOHIM dijo: Haya luz. Y hubo luz.
Entonces dijo Dios: “Sea la luz”, y fue la luz.
Y dijo Dios: «¡Que haya luz!» Y hubo luz.
Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz.
Dijo entonces Dios: «¡Quiero que haya luz!» ¡Y al instante hubo luz!
Dijo entonces Dios: «¡Quiero que haya luz!» ¡Y al instante hubo luz!
Deberíamos tener constantemente presente el versículo Génesis, 1:3 de La Santa Biblia para hacer una reflexión acerca de él.Tal vez sería bueno preguntarse ¿Qué pretendía proponernos Dios Padre con el versículo Génesis, 1:3? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que podemos poner en práctica lo que hemos aprendido gracias al versículo Génesis, 1:3 de La Biblia?
El hecho de reflexionar acerca de el versículo Génesis, 1:3 nos supone una ayuda a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por ese motivo es oportuno servirse del versículo Génesis, 1:3 siempre que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber cómo actuar o para traer paz a nuestros corazones y almas.