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Isaías, 48:10

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Isaías, 48:10

Yo te purifiqué, pero no como se hace con la plata, sino que te probé en el horno del sufrimiento.


He aquí te he purificado, y no como á plata; hete escogido en horno de aflicción.


He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.


He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.


He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.


Heaqui te he purificado, y no como à plata: he te escogido en horno de aflicion.


Yo te purifiqué, pero no como se hace con la plata, sino que te probé en el horno del sufrimiento.


Yo te purifiqué, pero no como se hace con la plata, sino que te probé en el horno del sufrimiento.


Te he purificado, aunque no como plata, te he probado en el crisol de la desgracia.


He aquí, te he purificado, pero no como a plata; te he probado en el crisol de la aflicción.


Te he sometido a prueba, pero no como se prueba la plata, sino en el horno de sufrimiento.


Te he purificado, aunque no como plata, te he probado en el crisol de la desgracia.


En el horno de aflicción los refiné, pero no encontré plata en ustedes. Carecen de valor; nada bueno hay en ustedes.


Pues te he purificado, pero no como a plata; Te he probado en el crisol de la aflicción.


Te he refinado, pero no como se refina la plata; más bien te he refinado en el horno del sufrimiento.


¡Mira! Te he refinado, pero no como a la plata; te he probado en el horno de la aflicción.


Mira, te purifiqué, pero no como a plata. Te probé en el crisol de la aflicción.


He aquí que te he purificado, pero no como a plata; te he probado en el horno de la aflicción.


Bien puedes ver que te he purificado, y no como a la plata; yo te elegí en el horno de la aflicción.


He aquí te he purificado, y no como á plata; hete escogido en horno de aflicción.


Yo los limpié de su maldad por medio del sufrimiento, y no lo hice por dinero.


Yo los limpié de su maldad por medio del sufrimiento, y no lo hice por dinero.


Nos conviene tomar constantemente en consideración el versículo Isaías, 48:10 de La Sagrada Biblia con el fin de analizarlo y pensar en torno a él.Tal vez sería adecuado preguntarse ¿Qué pretendía decirnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Isaías, 48:10? ¿En qué coyunturas de nuestro día a día tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo Isaías, 48:10 de La Sagrada Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación en torno a lo que se refiere el versículo Isaías, 48:10 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por eso es útil apoyarse en el versículo Isaías, 48:10 todas las veces que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la tranquilidad a nuestros corazones.