No debe comer carne de un animal muerto o despedazado por una fiera, para no hacerse impuro con ella. Yo soy el Señor.
Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, para contaminarse en ello: Yo Jehová.
Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová.
No comerá animal muerto ni despedazado por las fieras, pues se contaminaría con ello. Yo, Jehová.
Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, para contaminarse con ello. Yo soy el SEÑOR.
Mortezino ni despedaçado no comerá para contaminarſe en ello: Yo Iehoua.
No debe comer carne de un animal muerto o despedazado por una fiera, para no hacerse impuro con ella. Yo soy el Señor.
No debe comer carne de un animal muerto o despedazado por una fiera, para no hacerse impuro con ella. Yo soy el Señor.
No comerá animal muerto, ni que haya sido despedazado por las fieras, para no contaminarse con ello. Yo soy el Señor.
No comerá animal que muera o sea despedazado por fieras, contaminándose por ello; yo soy el SEÑOR.
»El sacerdote no debe comer ningún animal que haya muerto de muerte natural o que haya sido matado por otro animal salvaje, y contaminarse con él, pues yo soy el SEÑOR.
No comerá animal muerto, ni que haya sido despedazado por las fieras, para no contaminarse con ello. Yo soy el Señor.
No puede comer animales que sean encontrados muertos o que hayan sido destrozados por animales salvajes, porque esto lo contaminaría. Yo soy el SEÑOR.
No comerá animal que muera o sea despedazado por fieras, contaminándose por ello; Yo soy el SEÑOR.
No se le permite comer un animal que haya muerto de muerte natural o haya sido despedazado por los animales salvajes, porque esto lo contaminará. Yo soy el SEÑOR.
No deberá comer nada que sea hallado muerto o despedazado por las fieras, pues de lo contrario quedará impuro. Yo soy el SEÑOR.
Nada mortecino ni despedazado por fiera comerá, porque será contaminado por ello. Yo, YAVé.
“‘No comerá un animal mortecino ni uno despedazado, contaminándose por ello. Yo, el SEÑOR.
»Ningún sacerdote podrá comer ningún animal que haya sido matado o desgarrado por alguna fiera, pues se contaminará con eso. Yo soy el Señor.
Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, para contaminarse en ello: Yo Jehová.
»Ningún sacerdote debe volverse impuro por comer carne de animales que se hayan encontrado muertos o destrozados por las fieras. Yo soy el Dios de Israel.
»Ningún sacerdote debe volverse impuro por comer carne de animales que se hayan encontrado muertos o destrozados por las fieras. Yo soy el Dios de Israel.
El versiculo Levítico, 22:8 de los Textos Sagrados que componen la Biblia consiste en algo que es preciso tomar constantemente en consideración con el fin de hacer una reflexión en torno a él.Probablemente sería bueno preguntarse ¿Qué trataba de proponernos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Levítico, 22:8? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida diaria en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Levítico, 22:8 de La Sagrada Biblia?
Reflexionar acerca de el versículo Levítico, 22:8 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por eso es bueno acudir al versículo Levítico, 22:8 cuando creamos que pueda servirnos de guía y así saber cómo proceder o para traer la tranquilidad a nuestros corazones y almas.