¿Y cómo vamos a decir que lo enviaron los hombres?…» Tenían miedo de la gente, pues todos creían que Juan era un profeta.
Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo: porque todos juzgaban de Juan, que verdaderamente era profeta.
¿Y si decimos, de los hombres…? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta.
¿Y si decimos “de los hombres”?... Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta.
Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos juzgaban de Juan, que verdaderamente era profeta.
Y ſi dixeremos, De los hõbres: teme mos el pueblo: porque todos teniã de Ioã, que verdaderamente era propheta.
¿Y cómo vamos a decir que lo enviaron los hombres?…» Tenían miedo de la gente, pues todos creían que Juan era un profeta.
¿Y cómo vamos a decir que lo enviaron los hombres?…» Tenían miedo de la gente, pues todos creían que Juan era un profeta.
Pero ¿cómo vamos a decir que lo recibió de los hombres?”. Y es que temían la reacción del pueblo, porque todos tenían a Juan por profeta.
¿Mas si decimos: «De los hombres»? Pero temían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta.
Pero no podemos decir que venía de los hombres». Ellos le tenían miedo al pueblo porque todos creían que Juan era un profeta.
Pero ¿cómo vamos a decir que lo recibió de los hombres?». Y es que temían la reacción del pueblo, porque todos tenían a Juan por profeta.
Y si decimos que era de los hombres, el pueblo se rebelará contra nosotros, porque creía que Juan era un profeta.
¿Pero si decimos: “De los hombres”?». Pero temían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta.
¿Pero nos atrevemos a decir que era meramente humana?». Pues tenían temor de lo que haría la gente, porque todos creían que Juan era un profeta.
Pero si decimos “de los hombres…”». Es que temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan era realmente un profeta.
Pero, ¿si decimos: De hombres...? Temían a la multitud, porque todos creían que Juan era realmente un profeta.
Pero si decimos “de los hombres…”. Temían al pueblo, porque todos consideraban que verdaderamente Juan era profeta.
Y si decimos que era de los hombres…» Y es que tenían miedo de la gente, pues todos consideraban que Juan era un verdadero profeta.
Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo: porque todos juzgaban de Juan, que verdaderamente era profeta.
Pero tampoco podemos decir que fue un ser humano quien se la dio.» No querían decir eso, porque tenían miedo de la gente; pues todos creían que Juan era un profeta enviado por Dios.
Pero tampoco podemos decir que fue un ser humano quien se la dio.» No querían decir eso, porque tenían miedo de la gente; pues todos creían que Juan era un profeta enviado por Dios.
El versiculo San Marcos, 11:32 de La Biblia consiste en algo que es aconsejable tomar continuamente en cuenta con el fin de meditar acerca de él.Probablemente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso manifestarnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo San Marcos, 11:32? ¿En qué coyunturas de nuestra vida cotidiana seremos capaces de aplicar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo San Marcos, 11:32 de La Biblia?
Reflexionar sobre el versículo San Marcos, 11:32 es un gran aporte que nos permite a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por eso es útil recurrir al versículo San Marcos, 11:32 en todas aquellas ocasiones en que nos pueda servir de guía y así saber qué pasos dar o para traer paz a nuestro espíritu.