<

San Marcos, 4:38

>

San Marcos, 4:38

Pero Jesús se había dormido en la parte de atrás, apoyado sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: —¡Maestro! ¿No te importa que nos estemos hundiendo?


Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dicen: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?


Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?


Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Lo despertaron y le dijeron: —¡Maestro!, ¿no tienes cuidado que perecemos?


El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?


Y el eſtaua en la popa durmiẽdo ſobre vn cabeçal: y deſpertaronlo, y dizẽle, Maestro, no miras que perecemos?


Pero Jesús se había dormido en la parte de atrás, apoyado sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: —¡Maestro! ¿No te importa que nos estemos hundiendo?


Pero Jesús se había dormido en la parte de atrás, apoyado sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: —¡Maestro! ¿No te importa que nos estemos hundiendo?


Jesús, entretanto, estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal. Los discípulos lo despertaron, diciendo: — Maestro, ¿no te importa que estemos a punto de perecer?


Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; entonces le despertaron* y le dijeron*: Maestro, ¿no te importa que perezcamos?


Pero Jesús estaba durmiendo en la parte de atrás recostado sobre una almohada, así que lo despertaron y le dijeron: —Maestro, ¿no te importa que nos vayamos a ahogar?


Jesús, entretanto, estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal. Los discípulos lo despertaron, diciendo: —Maestro, ¿no te importa que estemos a punto de perecer?


Jesús dormía en la popa, con la cabeza en una almohada. Lo despertaron y le dijeron: ―Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?


Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohadilla; entonces lo despertaron* y le dijeron*: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».


Jesús estaba dormido en la parte posterior de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron.


Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron. —¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos?


Jesús dormía en la popa sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: ¡Maestro! ¿No te preocupa que perecemos?


Y él estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal, pero lo despertaron diciendo: —¡Maestro! ¿No te importa que perezcamos?


Jesús estaba en la popa, y dormía sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿Acaso no te importa que estamos por naufragar?»


Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dicen: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?


Entre tanto, Jesús se había quedado dormido en la parte de atrás de la barca, recostado sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le gritaron: —Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundie


Entre tanto, Jesús se había quedado dormido en la parte de atrás de la barca, recostado sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le gritaron: —Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundie


El versiculo San Marcos, 4:38 de La Sagrada Biblia es algo que nos conviene tener en todo momento presente con el fin de analizarlo y pensar acerca de él.Tal vez sería bueno preguntarse ¿Qué trataba de proponernos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo San Marcos, 4:38? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestro día a día en que podemos llevar a la práctica aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo San Marcos, 4:38 de la Santa Biblia?

Reflexionar en torno a lo que se refiere el versículo San Marcos, 4:38 es un gran aporte que nos permite a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a aproximarnos más a Dios, por ese motivo es útil acudir al versículo San Marcos, 4:38 todas y cada una de las veces que necesitemos una luz que nos guíe y así saber cómo proceder o para traer el sosiego a nuestras almas.