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Salmos, 77:1

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Salmos, 77:1

1 (2) A Dios clamo con fuerte voz para que él me escuche.


CON mi voz clamé á Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.


Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.


Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé porque él me escucha.


Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y él me escuchó.


Al Vencedor, para Ieduthũ: de Asaph Pſalmo.


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1 (2) A Dios clamo con fuerte voz para que él me escuche.


Al maestro del coro. De Yedutún. Salmo de Asaf.


Mi voz se eleva a Dios, y a Él clamaré; mi voz se eleva a Dios, y Él me oirá.


Clamo a Dios con un grito; a Dios le llamaré a gritos para que me escuche.


Mi voz alzo a Dios y pido auxilio, mi voz alzo a Dios y él me escucha.


Clamo al SEÑOR; para que él me escuche.


Mi voz se eleva a Dios, y a Él clamaré; Mi voz se eleva a Dios, y Él me oirá.


Clamo a Dios: sí, a gritos. ¡Oh, si Dios me escuchara!


A Dios elevo mi voz suplicante; a Dios elevo mi voz para que me escuche.


Mi voz se levanta a ʼELOHIM y clamaré. Mi voz se levanta a ʼELOHIM, Y Él me oirá.


Mi voz elevo a Dios y clamo; mi voz elevo a Dios y él me escucha.


Con mi voz clamé a Dios; a Dios clamé, y él me escuchó.


Al Músico principal: para Jeduthún: Salmo de Asaph. CON mi voz clamé á Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.


1 (2) A Dios dirijo mis ruegos, para que me escuche.


1 (2) A Dios dirijo mis ruegos, para que me escuche.


Es conveniente tener en todo momento presente el versículo Salmos, 77:1 de La Santa Biblia con el fin de reflexionar en torno a él. ¿Qué intentaba manifestarnos Dios con el versículo Salmos, 77:1? ¿En qué momentos de nuestra vida cotidiana seremos capaces de recurrir a aquello que hemos aprendido gracias al versículo Salmos, 77:1 de La Sagrada Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación acerca de el versículo Salmos, 77:1 nos ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a aproximarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es oportuno servirse del versículo Salmos, 77:1 cada vez que necesitemos una luz que nos guíe y así saber en qué forma acturar o para traer la serenidad a nuestro espíritu.