Tomé el rollito de la mano del ángel, y me lo comí; y en mi boca era dulce como la miel, pero una vez que me lo comí, se me volvió amargo en el estómago.
Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo devoré; y era dulce en mi boca como la miel; y cuando lo hube devorado, fué amargo mi vientre.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel y lo comí. En mi boca era dulce como la miel, pero cuando lo hube comido amargó mi vientre.
Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo devoré; y era dulce en mi boca como la miel; y cuando lo hube devorado, fue amargo mi vientre.
Y tomé el librico de la mano del Angel, y traguêlo, y era dulçe en mi boca como la miel: y deſque lo tragué, fue amargo mi vientre.
Tomé el rollito de la mano del ángel, y me lo comí; y en mi boca era dulce como la miel, pero una vez que me lo comí, se me volvió amargo en el estómago.
Tomé el rollito de la mano del ángel, y me lo comí; y en mi boca era dulce como la miel, pero una vez que me lo comí, se me volvió amargo en el estómago.
Tomé, pues, el libro de la mano del ángel y me lo comí. Y resultó verdaderamente dulce como la miel en mi boca, pero amargo en mis entrañas una vez que me lo comí.
Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré, y fue en mi boca dulce como la miel; y cuando lo comí, me amargó las entrañas.
Así que tomé el rollo pequeño de la mano del ángel y lo comí. Sabía dulce como la miel, pero en mi estómago era amargo.
Tomé, pues, el libro de la mano del ángel y me lo comí. Y resultó verdaderamente dulce como la miel en mi boca, pero amargo en mis entrañas una vez que me lo comí.
Lo tomé entonces y me lo comí. Y, efectivamente, me fue dulce en la boca, pero al tragármelo me amargó el estómago.
Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré, y en mi boca fue dulce como la miel; pero cuando lo comí, me amargó las entrañas.
Entonces tomé el pequeño rollo de la mano del ángel, ¡y me lo comí! Fue dulce en mi boca, pero cuando lo tragué, se volvió amargo en mi estómago.
Lo tomé de la mano del ángel y me lo comí. Me supo dulce como la miel, pero al comérmelo se me amargaron las entrañas.
Tomé el pequeño rollo de la mano del ángel y lo comí. En mi boca era dulce como miel, pero cuando lo comí, fue amargo en mi estómago.
Y tomé el librito de la mano del ángel y lo tragué. Y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo comí, mi estómago se hizo amargo.
Yo tomé el librito de la mano del ángel, y me lo comí. En mis labios era dulce como la miel, pero una vez que lo comí, me amargó el estómago.
Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo devoré; y era dulce en mi boca como la miel; y cuando lo hube devorado, fué amargo mi vientre.
Yo tomé el librito de la mano del ángel, y me lo comí. Y en efecto, en la boca me supo dulce como la miel, pero en el estómago me supo amargo.
Yo tomé el librito de la mano del ángel, y me lo comí. Y en efecto, en la boca me supo dulce como la miel, pero en el estómago me supo amargo.
El versiculo Apocalipsis, 10:10 de La Sagrada Biblia consiste en algo que es conveniente tomar siempre en cuenta para hacer una reflexión sobre él.Probablemente sería bueno preguntarse ¿Qué trataba de manifestarnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Apocalipsis, 10:10? ¿En qué ocasiones de nuestra vida cotidiana seremos capaces de poner en práctica aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Apocalipsis, 10:10 de Las Sagradas Escrituras?
Discurrir y recapacitar acerca de el versículo Apocalipsis, 10:10 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a acercarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es aconsejable apoyarse en el versículo Apocalipsis, 10:10 todas las veces que necesitemos una luz que nos guíe para saber cómo proceder o para traer la tranquilidad a nuestras almas.