Fui al ángel y le pedí que me diera el rollito, y me contestó: «Toma y cómetelo. En tu boca será dulce como la miel, pero en tu estómago se volverá amargo.»
Y fuí al ángel, diciéndole que me diese el librito, y él me dijo: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Fui donde el ángel, diciéndole que me diera el librito. Y él me dijo: «Toma y cómelo; te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.»
Y fui al ángel, diciéndole que me diera el librito; y él me dijo: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Y fue àl Angel diziendole que medies ſe el librico: y el me dixo: Toma, y trâgalo, y el te hará amargar tu vientre, pero en tu boca sera dulçe como la miel.
Fui al ángel y le pedí que me diera el rollito, y me contestó: «Toma y cómetelo. En tu boca será dulce como la miel, pero en tu estómago se volverá amargo.»
Fui al ángel y le pedí que me diera el rollito, y me contestó: «Toma y cómetelo. En tu boca será dulce como la miel, pero en tu estómago se volverá amargo.»
Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el libro. Él me contestó: — Tómalo y cómetelo. Aunque te amargue las entrañas, será en tu boca dulce como la miel.
Entonces fui al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me dijo*: Tómalo y devóralo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel.
Así que me acerqué al ángel y le pedí que me diera el rollo pequeño. Él me dijo: «Toma el rollo y cómetelo. En tu estómago será amargo, pero en tu boca será dulce como la miel».
Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el libro. Él me contestó: —Tómalo y cómetelo. Aunque te amargue las entrañas, será en tu boca dulce como la miel.
Yo me le acerqué y se lo pedí. «Sí» me respondió; «tómalo y cómetelo. Al principio te sabrá a miel, pero cuando te lo tragues te amargará el estómago».
Entonces fui al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me dijo*: «Tómalo y devóralo. Te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel».
Así que me acerqué al ángel y le dije que me diera el pequeño rollo. Él me dijo: «Sí, tómalo y cómelo. Será dulce como la miel en tu boca, ¡pero se volverá amargo en tu estómago!».
Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el rollo. Él me dijo: «Tómalo y cómetelo. Te amargará las entrañas, pero en la boca te sabrá dulce como la miel».
Fui hacia el ángel y le dije que me diera el pequeño rollo. Y me dijo: Toma y cómelo. Te será amargo en el estómago, pero en tu boca será dulce como miel.
Fui al ángel diciéndole que me diera el librito, y me dijo: “Toma y trágalo; y hará amargar tu estómago, pero en tu boca será dulce como la miel”.
Yo me dirigí al ángel y le pedí que me diera el librito. Y él me dijo: «Aquí lo tienes. Cómetelo. Te amargará el estómago, pero en tus labios será dulce como la miel.»
Y fuí al ángel, diciéndole que me diese el librito, y él me dijo: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Yo fui y le pedí al ángel que me diera el librito. Y el ángel me contestó: «Tómalo y cómetelo. En la boca te sabrá dulce como la miel, pero en el estómago te sabrá amargo.»
Yo fui y le pedí al ángel que me diera el librito. Y el ángel me contestó: «Tómalo y cómetelo. En la boca te sabrá dulce como la miel, pero en el estómago te sabrá amargo.»
El versiculo Apocalipsis, 10:9 de La Sagrada Biblia es algo que es conveniente tomar en todo momento en consideración de manera que podamos hacer una reflexión en torno a él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso proponernos el Señor con el versículo Apocalipsis, 10:9? ¿En qué momentos de nuestro día a día seremos capaces de aplicar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Apocalipsis, 10:9 de la Santa Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo Apocalipsis, 10:9 nos ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la razón por la cual es conveniente acudir al versículo Apocalipsis, 10:9 todas las veces que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber cómo proceder o para traer el sosiego a nuestras almas.