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Jeremías 39

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Caída de Jerusalén#39.1-10 Este relato de la caída de Jerusalén coincide casi literalmente con 2 R 25.1-12; Jer 52.4-16. Sin embargo, su posición en este lugar es particularmente apropiada, ya que reivindica a Jeremías como verdadero profeta. El pueblo que no quiso escuchar la palabra de Dios (caps. 26—36) y que trató de eliminar al profeta que la anunciaba (caps. 37—38) ha caído ahora bajo el juicio de Dios, experimentando así el cumplimiento de esa palabra.
(2~R 24.20—25.21; 2~Cr 36.17-21; Jer 52.3-30)
1En el mes décimo del año noveno#39.1 Mes décimo del año noveno: diciembre, 589 a.C. del reinado de Sedequías en Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió. 2El día nueve del mes cuarto del año once#39.2 Mes cuarto del año once: junio, 587 a.C. del gobierno de Sedequías, el ejército enemigo entró en la ciudad, 3y todos los oficiales#39.3 Estos oficiales actúan como si fueran a constituir una corte judicial o un gobierno militar provisorio. Cf. Jer 40.7. del rey de Babilonia entraron y se instalaron en la puerta central.#39.3 Puerta central: Se desconoce la ubicación de esta puerta. Algunos la identifican con la puerta oriental del atrio interior del templo (cf. Ez 40.32-34). Eran Nergal-sarézer,#39.3 Los nombres y los títulos de estos oficiales no están claros en el texto hebreo. Otra lectura posible: Nergal-sarézer de Simagir, Nebo-sarsequim, el eunuco principal, Nergal-sarézer, el comandante de las tropas, y todos los otros oficiales del rey de Babilonia. Simagir era el nombre de un distrito de Babilonia, del cual Nergal-sarézer parece haber sido gobernador. Samgar-nebó, Sarsequim, alto funcionario de la corte, y otro Nergal-sarézer, también alto funcionario.#39.3 Este v. no figura en los relatos paralelos de Jer 52 y 2 R 25.
4Cuando el rey Sedequías y sus soldados vieron lo que pasaba, huyeron de la ciudad. Salieron de noche por el camino de los jardines reales, por la puerta situada entre las dos murallas, y tomaron el camino del valle del Jordán.#39.4 Del valle del Jordán: Lit. en dirección al Arabá. Véase Dt 1.1 n. 5-6Pero los soldados caldeos los persiguieron, y alcanzaron a Sedequías en la llanura de Jericó.#39.5-6 Jericó:: ciudad al oeste del Jordán, cerca de la desembocadura de este río en el Mar Muerto. Véase Jos 2.1 nota. Lo capturaron y lo llevaron ante el rey Nabucodonosor, que estaba en Riblá,#39.5-6 Riblá: localidad situada en el territorio de Siria, cerca de la frontera con el Líbano. en el territorio de Hamat.#39.5-6 El territorio de Hamat: en Siria, sobre el río Orontes. Véase Índice de mapas. Allí Nabucodonosor dictó sentencia: hizo degollar a los hijos de Sedequías en presencia de este, y también a todos los nobles de Judá. 7En cuanto a Sedequías, mandó que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia.
8Los caldeos prendieron fuego al palacio real y a las casas de la ciudad, y derribaron las murallas de Jerusalén. 9Por último, Nebuzaradán, comandante de la guardia real, llevó desterrados a Babilonia tanto a los habitantes de la ciudad que aún quedaban como a los que se habían pasado a los caldeos; en fin, a todo el pueblo. 10Solo dejó en el territorio de Judá a algunos de los más pobres, de los que no tenían nada, y ese día les dio viñedos y campos de cultivo.
Jeremías es puesto en libertad
11El rey Nabucodonosor de Babilonia dio a Nebuzaradán, comandante de la guardia, las siguientes órdenes respecto de Jeremías: 12«Tómalo bajo tu cuidado, y no lo trates mal, sino dale todo lo que te pida.» 13Entonces Nebuzaradán, junto con Nebusazbán y Nergal-sarézer, dos altos funcionarios de la corte, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia, 14mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y lo pusieron bajo el cuidado de Guedalías, hijo de Ahicam#39.14 Ahicam: Véase 26.24 nota. y nieto de Safán, para que lo llevaran a su casa.#39.14 A su casa: Lit. la casa. La expresión se refiere probablemente a la residencia del gobernador en Mispá (cf. Jer 41.1-3). Así pues, Jeremías se quedó a vivir entre el pueblo.
Promesas a Ébed-mélec
15Cuando Jeremías estaba todavía preso en el patio de la guardia,#39.15 Cf. Jer 38.28. el Señor se dirigió a él, y le dijo: 16«Ve y dile a Ébed-mélec, el etiope:#39.16 Cf. Jer 38.7-13. “El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: Voy a cumplir lo que le he anunciado a esta ciudad, para su mal y no para su bien. Cuando esto suceda, tú estarás presente. 17Pero yo te protegeré, para que no caigas en poder de esa gente a la que temes. Yo, el Señor, lo afirmo. 18Yo te libraré de que te maten. Podrás escapar con vida,#39.18 Podrás escapar con vida: Véase Jer 45.5 n. porque confiaste en mí. Yo, el Señor, lo afirmo.”»

Desde el inicio de los tiempos Dios se comunica con nosotros. Para ello la sagrada Biblia es un vehículo muy poderoso, ya que es la palabra del Señor plasmada en negro sobre blanco. Como ya sabrás, existen varias versiones de las Sagradas Escrituras, hechas en pos de una mejor comprensión de la palabra del Señor. En la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' encontramos que el capítulo 39 del Jeremías se nos muestra de la forma que podemos ver a continuación.

El libro Jeremías de la Biblia tiene 52 capítulos. Y en el capítulo 39 podemos encontrar 18 versículos, en los que Dios nos revela sus enseñanzas y nos indica a través de su inmensa sabiduría, amor y bondad, la forma en la que debemos obrar y acercarnos a Él.

No nos cabe duda de que leyendo el capítulo 39 del libro Jeremías de la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' de la Sagrada Biblia te será fácil comprender como nuestro amado Padre nunca nos deja solos, y que en los textos que dejó para nosotros es posible hallar todas las respuestas que necesitamos. Recuerda que siempre puedes leer el capítulo 39 en alguna de las otras versiones de la Biblia que tenemos para ti, aunque es un ejercicio muy interesante que hayas optado por leer ahora el capítulo 39 de la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' de la Santa Biblia.