Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay aquel Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor es el Eſpiritu: y donde ay aquel Eſpiritu del Señor, alli ay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Y es que el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad.
Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.
En este caso, «el Señor» significa el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.
Y es que el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad.
porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor allí hay libertad.
Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.
Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Porque el Señor y el Espíritu son uno mismo, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. Y nosotros no tenemos ningún velo que nos cubra la cara. Somos como un espejo que refleja la grandeza del
Porque el Señor y el Espíritu son uno mismo, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. Y nosotros no tenemos ningún velo que nos cubra la cara. Somos como un espejo que refleja la grandeza del
El versiculo 2 Corintios, 3:17 de La Biblia es algo que es muy recomendable tomar constantemente en cuenta a fin de analizarlo y pensar sobre él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía proponernos Dios con el versículo 2 Corintios, 3:17? ¿Cuáles son los momentos de nuestro día a día en que seremos capaces de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo 2 Corintios, 3:17 de La Sagrada Biblia?
Meditar en torno a lo que se refiere el versículo 2 Corintios, 3:17 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores personas y a acercarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es conveniente servirse del versículo 2 Corintios, 3:17 en todas aquellas ocasiones en que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber cómo proceder o para traer la paz a nuestras almas.