Midieron la profundidad del agua, y era de treinta y seis metros; un poco más adelante la midieron otra vez, y era de veintisiete metros.
Y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante, volviendo á echar la sonda, hallaron quince brazas.
y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas.
Echaron la sonda y hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante, volvieron a echar la sonda y hallaron quince brazas.
y echando la sonda, hallaron veinte pasos, y pasando un poco más adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince pasos.
Y echando la sonda, hallaron veynte paſſos: y paſſando vn poquito mas adelante, boluiẽdo à echar la sonda, hallarõ quinze paſſos.
Midieron la profundidad del agua, y era de treinta y seis metros; un poco más adelante la midieron otra vez, y era de veintisiete metros.
Midieron la profundidad del agua, y era de treinta y seis metros; un poco más adelante la midieron otra vez, y era de veintisiete metros.
Lanzaron entonces la sonda, y hallaron que había veinte brazas de fondo; poco después volvieron a lanzarla, y había quince brazas.
Echaron la sonda y hallaron que había veinte brazas; pasando un poco más adelante volvieron a echar la sonda y hallaron quince brazas de profundidad.
Midieron la profundidad del agua y observaron que era de 37 metros. Un poco más adelante volvieron a medir y la profundidad ahí era de 27 metros.
Lanzaron entonces la sonda, y hallaron que había veinte brazas de fondo; poco después volvieron a lanzarla, y había quince brazas.
Midieron y encontraron que el agua tenía unos treinta y siete metros de profundidad. Más adelante volvieron a medir y encontraron que tenía veintisiete metros de profundidad.
Echaron la sonda y hallaron que había 20 brazas (36 metros) de profundidad. Pasando un poco más adelante volvieron a echar la sonda y hallaron 15 brazas (27 metros).
Arrojaron una cuerda con una pesa y descubrieron que el agua tenía treinta y siete metros de profundidad. Un poco después, volvieron a medir y vieron que solo había veintisiete metros de profundidad.
Echaron la sonda y encontraron que el agua tenía unos treinta y siete metros de profundidad. Más adelante volvieron a echar la sonda y encontraron que tenía cerca de veintisiete metros de profundidad.
Echaron una sonda y hallaron 36,6 metros. Después navegaron un poco más adelante y echaron otra vez la sonda. Hallaron 27,45 metros.
Echaron la sonda y hallaron cuarenta metros. Pasando un poco más adelante, volvieron a echar la sonda y hallaron treinta metros.
así que echaron la sonda y esta marcaba una profundidad de treinta y seis metros; un poco más adelante volvieron a echarla, y ya marcaba veintisiete.
Y echando la sonda, hallaron veinte brazas, y pasando un poco más adelante, volviendo á echar la sonda, hallaron quince brazas.
Midieron, y se dieron cuenta de que el agua tenía treinta y seis metros de profundidad. Más adelante volvieron a medir, y estaba a veintisiete metros.
Midieron, y se dieron cuenta de que el agua tenía treinta y seis metros de profundidad. Más adelante volvieron a medir, y estaba a veintisiete metros.
El versiculo Hechos, 27:28 de los Textos Sagrados que componen la Biblia es algo que nos conviene tomar continuamente en cuenta con el objetivo de meditar sobre él. ¿Qué quiso decirnos el Señor con el versículo Hechos, 27:28? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida diaria en que podemos recurrir a aquello que aprendemos gracias al versículo Hechos, 27:28 de La Sagrada Biblia?
Meditar acerca de el versículo Hechos, 27:28 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores cristianos y a acercarnos más a Dios, por eso es útil acudir al versículo Hechos, 27:28 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la paz a nuestros corazones.