Al ver los nativos la víbora colgada de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: «Este hombre debe de ser un asesino, pues aunque se salvó del mar, la justicia divina no lo deja vivir.»
Y como los bárbaros vieron la víbora colgando de su mano, decían los unos á los otros: Ciertamente este hombre es homicida, á quien, escapado de la mar, la justicia no deja vivir.
Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.
Cuando la gente de allí vio la víbora colgando de su mano, decía: —Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.
Y cuando los bárbaros vieron la bestia venenosa colgando de su mano, decían los unos a los otros: Ciertamente este hombre es homicida, que escapado del mar, el castigo no lo deja vivir.
Y como los barbaros vieron la biuora colgando de ſu mano, dezian los vnos à los otros, Ciertamente eſte hombre es homicida: que eſcapado de la mar, el castigo no lo dexa biuir.
Al ver los nativos la víbora colgada de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: «Este hombre debe de ser un asesino, pues aunque se salvó del mar, la justicia divina no lo deja vivir.»
Al ver los nativos la víbora colgada de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: «Este hombre debe de ser un asesino, pues aunque se salvó del mar, la justicia divina no lo deja vivir.»
Cuando los isleños vieron al reptil colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: — Este hombre es realmente un asesino; aunque se ha librado de la tempestad, la justicia divina no permite qu
Y los habitantes, al ver el animal colgando de su mano, decían entre sí: Sin duda que este hombre es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, Justicia no le ha concedido vivir.
Los de la isla vieron a la serpiente colgando de la mano de Pablo y dijeron: «Este hombre debe ser un asesino. No murió en el mar, pero la justicia divina no lo deja vivir».
Cuando los isleños vieron al reptil colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: —Este hombre es realmente un asesino; aunque se ha librado de la tempestad, la justicia divina no permite que
Los habitantes de la isla, al ver la víbora colgada de la mano de Pablo, se pusieron a decir entre ellos: «No cabe duda de que es un asesino. Pues aunque se salvó del mar, la justicia divina no lo dej
Cuando los habitantes, vieron el animal colgando de su mano, decían entre sí: «Sin duda que este hombre es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, la diosa Justicia no le ha concedido vivir».
Los habitantes de la isla, al ver la serpiente colgando de su mano, se decían unos a otros: «¡Sin duda este es un asesino! Aunque se salvó del mar, la justicia no le permitirá vivir»
Al ver la serpiente colgada de la mano de Pablo, los isleños se pusieron a comentar entre sí: «Sin duda este hombre es un asesino, pues aunque se salvó del mar, la justicia divina no va a consentir qu
Cuando los nativos vieron que el animal colgaba de la mano de él, se decían unos a otros: Sin duda, este hombre es un homicida a quien, después de salvarse del mar, la Justicia no le permitió vivir.
Cuando los nativos vieron la serpiente colgada de su mano, se decían unos a otros: “¡Seguramente este hombre es homicida, a quien, aunque se haya salvado del mar, la justicia no le deja vivir!”.
Cuando los lugareños vieron que la víbora pendía de su mano, se dijeron unos a otros: «Con toda seguridad este hombre es un homicida, pues logró escapar del mar, pero la justicia lo ha alcanzado y no
Y como los bárbaros vieron la víbora colgando de su mano, decían los unos á los otros: Ciertamente este hombre es homicida, á quien, escapado de la mar, la justicia no deja vivir.
Cuando los que vivían en la isla vieron a la serpiente colgada de la mano de Pablo, dijeron: «Este hombre debe ser un asesino porque, aunque se salvó de morir ahogado en el mar, la diosa de la justici
Cuando los que vivían en la isla vieron a la serpiente colgada de la mano de Pablo, dijeron: «Este hombre debe ser un asesino porque, aunque se salvó de morir ahogado en el mar, la diosa de la justici
Es aconsejable tomar en todo momento en consideración el versículo Hechos, 28:4 de La Santa Biblia para meditar sobre él.Seguramente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso manifestarnos Dios con el versículo Hechos, 28:4? ¿Cuáles son los momentos de nuestro día a día en que podemos poner en práctica lo que aprendemos gracias al versículo Hechos, 28:4 de Las Sagradas Escrituras?
Reflexionar sobre el versículo Hechos, 28:4 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por ese motivo es oportuno apoyarse en el versículo Hechos, 28:4 cada vez que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber qué pasos dar o para traer la paz a nuestras almas.