Y sucedió que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y disentería. Pablo fue entonces a visitarlo y, después de orar, puso las manos sobre él y lo sanó.
Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebres y de disentería: al cual Pablo entró, y después de haber orado, le puso las manos encima, y le sanó
Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.
Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería. Pablo entró a verlo y, después de haber orado, le impuso las manos y lo sanó.
Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebres y de disentería; al cual Pablo entró, y después de haber orado, le puso las manos encima, y le sanó
Y aconteció que el padre de Publio eſtaua encama enfermo de fiebres y de camaras: àl qual Pablo entró, y deſpues de auer orado, pusole las manos encima, y sanolo.
Y sucedió que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y disentería. Pablo fue entonces a visitarlo y, después de orar, puso las manos sobre él y lo sanó.
Y sucedió que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y disentería. Pablo fue entonces a visitarlo y, después de orar, puso las manos sobre él y lo sanó.
Se daba la circunstancia de que el padre de Publio estaba en cama aquejado por unas fiebres y disentería. Pablo fue a visitarlo y, después de orar, le impuso las manos y lo curó.
Y sucedió que el padre de Publio yacía en cama, enfermo con fiebre y disentería; y Pablo entró a verlo, y después de orar puso las manos sobre él, y lo sanó.
El papá de Publio estaba muy enfermo de fiebre y disentería. Pablo fue a visitarlo, oró por él y después de imponerle las manos, quedó sano.
Se daba la circunstancia de que el padre de Publio estaba en cama aquejado por unas fiebres y disentería. Pablo fue a visitarlo y, después de orar, le impuso las manos y lo curó.
El padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería. Pablo fue a verlo, oró por él y después puso las manos sobre él y lo sanó.
Como el padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería, Pablo entró a verlo, y después de orar puso las manos sobre él, y lo sanó.
Dio la casualidad de que el padre de Publio estaba enfermo con fiebre y disentería. Pablo entró a verlo, oró por él, puso sus manos sobre él y lo sanó.
El padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería. Pablo entró a verlo y, después de orar, le impuso las manos y lo sanó.
El padre de Publio estaba en cama con fiebre y disentería. Cuando Pablo entró, habló con Dios, impuso las manos sobre él y lo sanó.
Aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y disentería. Pablo entró a donde él estaba, y después de orar, le impuso las manos y le sanó.
Y resultó que el padre de Publio estaba enfermo. Tenía fiebre y disentería, y estaba en cama. Pero Pablo fue a verlo y, luego de orar por él, le impuso las manos y lo sanó.
Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebres y de disentería: al cual Pablo entró, y después de haber orado, le puso las manos encima, y le sanó
El padre de Publio estaba muy enfermo de diarrea, y con mucha fiebre. Entonces Pablo fue a verlo, y oró por él; luego puso las manos sobre él, y lo sanó.
El padre de Publio estaba muy enfermo de diarrea, y con mucha fiebre. Entonces Pablo fue a verlo, y oró por él; luego puso las manos sobre él, y lo sanó.
El versiculo Hechos, 28:8 de La Sagrada Biblia es algo que debemos tomar constantemente en cuenta con el objetivo de reflexionar acerca de él.Seguramente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía manifestarnos Dios Nuestro Señor con el versículo Hechos, 28:8? ¿En qué ocasiones de nuestro día a día podemos poner en práctica lo que aprendemos gracias al versículo Hechos, 28:8 de La Sagrada Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo Hechos, 28:8 es un gran aporte que nos permite a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a acercarnos más a Dios, por ese motivo es bueno servirse del versículo Hechos, 28:8 todas las veces que nos pueda servir de guía para saber cómo proceder o para traer la paz a nuestro espíritu.