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Eclesiastés, 9:1

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Eclesiastés, 9:1

A todo esto me he entregado de lleno, tan solo para descubrir que las obras de buenos y de sabios están en las manos de Dios. Nada sabe el hombre del amor ni del odio, aun cuando los tenga ante sus oj


CIERTAMENTE dado he mi corazón á todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo


Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; t


Ciertamente me he dado de corazón a todas estas cosas, para poder declarar que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios. Y que los hombres ni siquiera saben qué es amor o qué es


¶ Ciertamente a todo esto di mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo lo que pasa


Ciertamente à todo eſto di mi coraçon, para declarar todo eſto: Que los juſtos y los ſabios, y ſus obras están en la mano de Dios: y que no sabe el hombre ni el amor, ni el odio por todo loque paſſa d


A todo esto me he entregado de lleno, tan sólo para descubrir que las obras de buenos y de sabios están en las manos de Dios. Nada sabe el hombre del amor ni del odio, aun cuando los tenga ante sus oj


A todo esto me he entregado de lleno, tan solo para descubrir que las obras de buenos y de sabios están en las manos de Dios. Nada sabe el hombre del amor ni del odio, aun cuando los tenga ante sus oj


En efecto, he reflexionado sobre todo esto y he concluido que los justos y los sabios están, junto con sus obras, en manos de Dios; los seres humanos no tienen conocimiento del amor ni del odio, aunqu


Pues bien, he tomado todas estas cosas en mi corazón y declaro todo esto: que los justos y los sabios y sus hechos están en la mano de Dios. Los hombres no saben ni de amor ni de odio, aunque todo est


Medité cuidadosamente en todo esto. Me di cuenta de que Dios controla la vida de la gente sabia y buena, y lo que esta gente hace. El ser humano no sabe si será amado u odiado porque no sabe lo que su


En efecto, he reflexionado sobre todo esto y he concluido que los justos y los sabios están, junto con sus obras, en manos de Dios; los seres humanos no tienen conocimiento del amor ni del odio, aunqu


También investigué minuciosamente esto: que los justos y los sabios dependen de la voluntad de Dios; nadie sabe si Dios los favorecerá o no. Es cosa de azar.


Pues bien, he tomado todas estas cosas en mi corazón y declaro todo esto: que los justos y los sabios y sus hechos están en la mano de Dios. Los hombres no saben ni de amor ni de odio, aunque todo est


También me dediqué a investigar lo siguiente: si bien Dios tiene en sus manos las acciones de los sabios y de los justos, nadie sabe si Dios les mostrará su favor.


A todo esto me dediqué de lleno, y en todo esto comprobé que los justos y los sabios, y sus obras, están en las manos de Dios; que el hombre nada sabe del amor ni del odio, aunque los tenga ante sus o


Ciertamente tomé todas estas cosas en mi corazón Para explicar todo esto: Que los justos y los sabios, y sus obras, Todas estas cosas están en la mano de ʼELOHIM, Aun el amor y el odio, Pero el hombre


Ciertamente he dedicado mi corazón a todas estas cosas para aclarar todo esto: que los justos y sabios, y sus hechos, están en la mano de Dios. Si se trata del amor o del odio, el hombre no lo sabe. T


A todo esto dirigí mi atención, para concluir lo siguiente: Que la gente sabia y honrada está en las manos de Dios, lo mismo que sus obras, pero que nosotros los mortales nada sabemos del amor ni del


CIERTAMENTE dado he mi corazón á todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo


Puse todo mi empeño en entender todo esto, y pude comprobar que todo está en las manos de Dios: en sus manos está lo que hacen los sabios y la gente honesta. Ninguno de nosotros sabe en realidad lo qu


Puse todo mi empeño en entender todo esto, y pude comprobar que todo está en las manos de Dios: en sus manos está lo que hacen los sabios y la gente honesta. Ninguno de nosotros sabe en realidad lo qu


Deberíamos tener continuamente presente el versículo Eclesiastés, 9:1 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el objetivo de hacer una reflexión acerca de él.Probablemente sería bueno preguntarse ¿Qué quiso proponernos el Señor con el versículo Eclesiastés, 9:1? ¿En qué ocasiones de nuestra vida diaria podemos llevar a la práctica aquello que hemos aprendido gracias al versículo Eclesiastés, 9:1 de Las Sagradas Escrituras?

Meditar acerca de el versículo Eclesiastés, 9:1 nos supone una ayuda a ser mejores personas y a aproximarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es útil servirse del versículo Eclesiastés, 9:1 siempre que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen para saber cómo actuar o para traer la serenidad a nuestros corazones.