Vístete siempre con ropas blancas; ponte siempre perfume en la cabeza.
En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.
En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.
Que en todo tiempo sean blancos tus vestidos y nunca falte perfume sobre tu cabeza.
En todo tiempo serán blancos tus vestidos, y nunca faltará ungüento sobre tu cabeza.
Entodo tiempo ſean blancos tus veſtidos: y nunca falte vnguento ſobre tu cabeça.
Vístete siempre con ropas blancas; ponte siempre perfume en la cabeza.
Vístete siempre con ropas blancas; ponte siempre perfume en la cabeza.
Ponte en todo momento vestidos blancos y que no falte perfume en tu cabeza.
En todo tiempo sean blancas tus ropas, y que no falte ungüento sobre tu cabeza.
Viste bien y luce bien.
Ponte en todo momento vestidos blancos y que no falte perfume en tu cabeza.
Usa buena ropa y un poquito de perfume.
En todo tiempo sean blancas tus ropas, Y que no falte ungüento sobre tu cabeza.
¡Vístete con ropa elegante y échate un poco de perfume!
Que sean siempre blancos tus vestidos, y que no falte nunca el perfume en tus cabellos.
En todo tiempo sean blancas tus ropas, Y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.
En todo tiempo sean blancas tus vestiduras, y nunca falte aceite perfumado sobre tu cabeza.
¡Que sean siempre blancos tus vestidos! ¡Que nunca te falte perfume en la cabeza!
En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.
¡Vistámonos bien y perfumémonos!
¡Vistámonos bien y perfumémonos!
Es preciso tener continuamente presente el versículo Eclesiastés, 9:8 de La Biblia para hacer una reflexión acerca de él.Quizás sería bueno preguntarse ¿Qué pretendía manifestarnos Dios con el versículo Eclesiastés, 9:8? ¿En qué momentos de nuestra vida cotidiana tenemos la oportunidad de recurrir a aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Eclesiastés, 9:8 de la Santa Biblia?
Discurrir y recapacitar sobre el versículo Eclesiastés, 9:8 nos es de gran ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por esa razón es bueno servirse del versículo Eclesiastés, 9:8 todas y cada una de las veces que nos pueda servir de guía y así saber cómo actuar o para traer la tranquilidad a nuestras almas.