En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. La gente, admirada, decía: —¡Nunca se ha visto en Israel una cosa igual!
Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y las gentes se maravillaron, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israel.
Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
Una vez expulsado el demonio, el mudo habló. La gente se maravillaba y decía: —Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la multitud se maravilló, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israel.
Y echado fuera el demonio, el mudo habló. Y las compañas ſe marauillaron diziendo, Nunca hà sido vista coſa semejante en Iſrael.
En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. La gente, admirada, decía: —¡Nunca se ha visto en Israel una cosa igual!
En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. La gente, admirada, decía: —¡Nunca se ha visto en Israel una cosa igual!
En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. Y los que lo presenciaron decían asombrados: — ¡Nunca se ha visto en Israel nada parecido!
Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto cosa igual en Israel.
Jesús hizo que el demonio saliera y el hombre comenzó a hablar. La multitud se asombraba y decían: —Nunca hemos visto algo así en Israel.
En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. Y los que lo presenciaron decían asombrados: —¡Nunca se ha visto en Israel nada parecido!
Tan pronto como Jesús los echó fuera, el hombre pudo hablar. La gente, maravillada, exclamó: «¡Jamás habíamos visto algo semejante en Israel!».
Después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: «Jamás se ha visto cosa igual en Israel».
Entonces Jesús expulsó al demonio y después el hombre comenzó a hablar. Las multitudes quedaron asombradas. «¡Jamás sucedió algo así en Israel!», exclamaron.
Así que Jesús expulsó al demonio, y el que había estado mudo habló. La multitud se maravillaba y decía: «Jamás se ha visto nada igual en Israel».
Cuando echó fuera el demonio, el mudo habló, y la multitud, asombrada, exclamó: ¡Nunca se vio algo semejante en Israel!
Y tan pronto fue echado fuera el demonio, el mudo habló. Y las multitudes se maravillaban diciendo: —¡Nunca se ha visto semejante cosa en Israel!
En cuanto el demonio fue expulsado, el mudo comenzó a hablar. Y la gente se asombraba y decía: «¡Nunca se ha visto nada igual en Israel!»
Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y las gentes se maravillaron, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israel.
Cuando Jesús expulsó al demonio, el hombre pudo hablar. La gente que estaba allí se quedó asombrada, y decía: «¡Nunca se había visto algo así en Israel!»
Cuando Jesús expulsó al demonio, el hombre pudo hablar. La gente que estaba allí se quedó asombrada, y decía: «¡Nunca se había visto algo así en Israel!»
El versiculo San Mateo, 9:33 de los Textos Sagrados que componen la Biblia es algo que deberíamos tener constantemente presente de manera que podamos reflexionar sobre él. Acaso deberíamos preguntarnos ¿Qué quiso proponernos Dios Nuestro Señor con el versículo San Mateo, 9:33? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida cotidiana en que podemos aprovechar aquello que hemos aprendido gracias al versículo San Mateo, 9:33 de La Biblia?
Hacer un análisis profundo acerca de el versículo San Mateo, 9:33 nos ayuda a ser mejores personas y a acercarnos más a Dios, ese es el motivo por el cual es conveniente acudir al versículo San Mateo, 9:33 cada vez que necesitemos una luz que nos guíe y así saber cómo proceder o para traer la paz a nuestros corazones y almas.