<

Abdías, 1:13

>

Abdías, 1:13

No debiste entrar en mi ciudad el día de su sufrimiento, ni debiste alegrarte de su desgracia el día de su infortunio, ni debiste robar sus riquezas el día de su calamidad.


No habías de haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no habías tú de haber mirado su mal el día de su quebranto, ni haber echado mano á sus bienes el día de su ca


No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su cal


No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste alegrarte de su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su cal


ni habías de entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; ni habías tú tampoco de haber mirado su mal el día de su quebrantamiento, ni habían de echar mano a sus bienes el día de


Ni auias de entrar por la puerta de mi Pueblo el dia de ſu quebrantamiento; ni auias tu tampoco de ver ſu mal el dia de ſu quebrantamiento; ni ſe auian de meter tus manos en ſus bienes el dia de ſu qu


No debiste entrar en mi ciudad el día de su sufrimiento, ni debiste alegrarte de su desgracia el día de su infortunio, ni debiste robar sus riquezas el día de su calamidad.


No debiste entrar en mi ciudad el día de su sufrimiento, ni debiste alegrarte de su desgracia el día de su infortunio, ni debiste robar sus riquezas el día de su calamidad.


Hiciste mal traspasando la puerta de mi pueblo el día de su ruina, contemplando satisfecho su desgracia el día de su desastre, apropiándote de sus riquezas el día de su calamidad.


No entres por la puerta de mi pueblo en el día de su ruina. Sí, no te alegres tú de su desgracia en el día de su ruina; no te apoderes de sus riquezas en el día de su ruina.


No vengas a la puerta de la ciudad de mi pueblo en el día de su desastre; ni a burlarte de sus males en ese día desastroso. No tomes sus riquezas en el día de su desastre.


Hiciste mal traspasando la puerta de mi pueblo el día de su ruina, contemplando satisfecho su desgracia el día de su desastre, apropiándote de sus riquezas el día de su calamidad.


Tú mismo entraste en la tierra de Israel en el día de su desgracia y la saqueaste. Te enriqueciste a sus expensas y estabas feliz viendo su lamentable situación.


No entres por la puerta de Mi pueblo En el día de su ruina. Sí, no te alegres tú de su desgracia En el día de su ruina; No te apoderes de sus riquezas En el día de su ruina.


No debiste saquear la tierra de Israel mientras ellos sufrían semejante calamidad. No debiste regodearte de su destrucción mientras sufrían semejante calamidad. No debiste robar sus riquezas mientras


No debiste entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su calamidad. No debiste recrear la vista con su desgracia en el día de su calamidad. No debiste echar mano a sus riquezas en el día de su cal


ni entrar por la puerta de mi pueblo el día de su infortunio, ni disfrutar de su desgracia el día de su desdicha, ni echar mano a sus bienes el día de su ruina


No debiste entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su ruina. Tampoco debiste mirar su miseria en el día de su ruina. No debiste echar mano de sus bienes en el día de su ruina.


No debiste haber entrado por las puertas de mi pueblo el día que este fue quebrantado. ¡No, no debiste haberte deleitado con su mal el día que fue destruido, ni debiste despojarlo de sus bienes en el


No habías de haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no habías tú de haber mirado su mal el día de su quebranto, ni haber echado mano á sus bienes el día de su ca


no debiste entrar en Jerusalén ni alegrarte de su desgracia cuando mi ciudad era destruida; no debiste robarle sus riquezas cuando ya no podía defenderse.


no debiste entrar en Jerusalén ni alegrarte de su desgracia cuando mi ciudad era destruida; no debiste robarle sus riquezas cuando ya no podía defenderse.


El versiculo Abdías, 1:13 de La Sagrada Biblia es algo que es muy recomendable tener siempre presente con el propósito de hacer una reflexión sobre él.Probablemente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué intentaba decirnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Abdías, 1:13? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida diaria en que podemos aprovechar lo que hemos aprendido gracias al versículo Abdías, 1:13 de La Sagrada Biblia?

Hacer un análisis profundo acerca de el versículo Abdías, 1:13 nos es de gran ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a aproximarnos más a Dios, por eso es útil apoyarse en el versículo Abdías, 1:13 cada vez que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen y así saber cómo actuar o para traer la serenidad a nuestro espíritu.