De todo corazón diré: «¿Quién como tú, Señor? A los pobres y necesitados los libras de quienes son más fuertes que ellos, de quienes los explotan.»
Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?
Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?
Todos mis huesos dirán: «Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que lo despoja?»
Todos mis huesos dirán: SEÑOR, ¿quién como tú, que libras al pobre del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?
Todos mis hueſſos dirán, Iehoua quien como tu? Que eſcapas àl afflicto del mas fuerte que el: y àl pobre y menesteroso del que lo roba.
De todo corazón diré: «¿Quién como tú, Señor? A los pobres y necesitados los libras de quienes son más fuertes que ellos, de quienes los explotan.»
De todo corazón diré: «¿Quién como tú, Señor? A los pobres y necesitados los libras de quienes son más fuertes que ellos, de quienes los explotan.»
Todo mi ser proclamará: “Señor, ¿quién como tú?”. Tú libras al débil del que es más fuerte, al humilde y al pobre del explotador.
Dirán todos mis huesos: SEÑOR, ¿quién como tú, que libras al afligido de aquel que es más fuerte que él, sí, al afligido y al necesitado de aquel que lo despoja?
Y entonces, con todas mis fuerzas diré: «SEÑOR, no hay Dios como tú. Tú salvas a los oprimidos de sus opresores, a los pobres y necesitados de los que los explotan».
Todo mi ser proclamará: «Señor, ¿quién como tú?». Tú libras al débil del que es más fuerte, al humilde y al pobre del explotador.
De lo profundo de mi corazón sube esta alabanza: «¿Quién como tú, SEÑOR? ¿Qué otro protege del fuerte al débil y desvalido, y al pobre y menesteroso de quienes desean despojarlos?».
Dirán todos mis huesos: «SEÑOR, ¿quién como Tú, Que libras al afligido de aquel que es más fuerte que él, Sí, al afligido y al necesitado de aquel que lo despoja?».
Con cada hueso de mi cuerpo lo alabaré: «SEÑOR, ¿quién se compara contigo? ¿Quién otro rescata a los indefensos de las manos de los fuertes? ¿Quién otro protege a los indefensos y a los pobres de quie
Así todo mi ser exclamará: «¿Quién como tú, SEÑOR? Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras de aquellos que los explotan».
Todos mis huesos dirán: Oh YAVé, ¿quién como Tú, Que libras al débil del que es demasiado fuerte para él, Y al pobre y menesteroso del que lo despoja?
Todos mis huesos dirán: “Oh SEÑOR, ¿quién hay como tú? Libras al pobre del más fuerte que él; al pobre y necesitado del que lo despoja”.
Todos mis huesos exclamarán: «Señor, ¿quién puede compararse a ti? ¡Tú libras de los fuertes a los débiles! ¡Tú libras de sus opresores a los menesterosos!»
Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?
y diré con todas mis fuerzas: «¡No hay otro Dios como tú! Tú, Dios nuestro, libras a los pobres e indefensos del poder de quienes los maltratan».
y diré con todas mis fuerzas: «¡No hay otro Dios como tú! Tú, Dios nuestro, libras a los pobres e indefensos del poder de quienes los maltratan».
Es muy recomendable tener en todo momento presente el versículo Salmos, 35:10 de los Textos Sagrados que componen la Biblia de manera que podamos reflexionar en torno a él.Seguramente sería acertado cuestionarse ¿Qué quiso manifestarnos Dios Nuestro Señor con el versículo Salmos, 35:10? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestro día a día en que podemos llevar a la práctica lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Salmos, 35:10 de Las Sagradas Escrituras?
Hacer un análisis profundo en relación con el versículo Salmos, 35:10 es un gran aporte que nos permite a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, ese es el motivo por el cual es oportuno apoyarse en el versículo Salmos, 35:10 cada vez que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen y así saber en qué forma acturar o para traer la serenidad a nuestras almas.