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Salmos, 44:3

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Salmos, 44:3

3 (4) Pues no fue su brazo ni su espada lo que les dio la victoria; ellos no conquistaron la tierra. ¡Fue tu poder y tu fuerza! ¡Fue el resplandor de tu presencia, porque tú los amabas!


Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.


Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.


pues no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.


Porque no heredaron la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.


Tu con tu mano echaste las gentes, y los plãtaste àellos: afligiste los pueblos, y embiaste los.


con tu propia mano echaste fuera a los paganos, castigaste a las naciones y estableciste allí a nuestros padres.


3 (4) Pues no fue su brazo ni su espada lo que les dio la victoria; ellos no conquistaron la tierra. ¡Fue tu poder y tu fuerza! ¡Fue el resplandor de tu presencia, porque tú los amabas!


Expulsaste naciones para asentarlos a ellos, oprimiste a pueblos para que ellos crecieran.


Pues no por su espada tomaron posesión de la tierra, ni su brazo los salvó, sino tu diestra y tu brazo, y la luz de tu presencia, porque te complaciste en ellos.


No fue gracias a sus espadas ni a su fuerza como obtuvieron la victoria, sino gracias a tu poder y a tu fortaleza, y a la luz de tu presencia porque tú eras feliz con ellos.


No conquistaron la tierra con la espada ni fue su brazo quien les dio la victoria; fue tu diestra y tu brazo, fue la luz de tu rostro porque tú los amabas.


No fue con su espada, ni por su propia fuerza y habilidad que vencieron, sino por tu gran poder y porque tú les sonreíste y los favoreciste.


Pues no fue por su espada que tomaron posesión de la tierra, Ni fue su brazo el que los salvó, Sino Tu diestra y Tu brazo, y la luz de Tu presencia, Porque te complaciste en ellos.


No fue con sus espadas que conquistaron la tierra, ni sus brazos fuertes les dieron la victoria. Fueron tu mano derecha y tu brazo fuerte y la luz cegadora de tu rostro que los ayudaron, porque los am


Porque no fue su espada la que conquistó la tierra ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.


No poseyeron la tierra por su espada, Ni los libró su brazo, Sino tu mano derecha, tu brazo y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.


No se apoderaron de la tierra por su espada ni su brazo los libró; sino tu diestra, tu brazo, y la luz de tu rostro; porque tú los favorecías.


Porque no fue la espada lo que les dio posesión de la tierra; ni fue tampoco su brazo lo que les dio la victoria; ¡fue tu mano derecha, fue tu brazo, fue el resplandor de tu rostro, porque en ellos te


Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.


3 (4) No fue con la espada como ellos conquistaron esta tierra; no fue la fuerza de su brazo lo que les dio la victoria. ¡Fue tu mano poderosa! ¡Fue la luz de tu presencia, porque tú los amabas!


3 (4) No fue con la espada como ellos conquistaron esta tierra; no fue la fuerza de su brazo lo que les dio la victoria. ¡Fue tu mano poderosa! ¡Fue la luz de tu presencia, porque tú los amabas!


Nos conviene tener en todo momento presente el versículo Salmos, 44:3 de La Sagrada Biblia para meditar sobre él. ¿Qué trataba de proponernos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Salmos, 44:3? ¿En qué coyunturas de nuestro día a día seremos capaces de poner en práctica aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Salmos, 44:3 de La Biblia?

Reflexionar en relación con el versículo Salmos, 44:3 es un gran aporte que nos permite a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, ese es el motivo por el cual es oportuno servirse del versículo Salmos, 44:3 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos una luz que nos guíe para saber qué pasos dar o para traer paz a nuestro espíritu.