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Ezequiel, 47:3

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Ezequiel, 47:3

El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos.


Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, é hízome pasar por las aguas hasta los tobillos.


Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.


Salió el hombre hacia el oriente, llevando un cordel en la mano. Midió mil codos y me hizo pasar por las aguas, que me llegaban hasta los tobillos.


Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.


Y ſaliendo el varon hazia el Oriente tenia vn cordel en ſu mano: y midió mil cobdos, y hizome paſſar por las aguas haſta los touillos.


El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos.


El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos.


El hombre salió hacia oriente con un cordón en la mano. Midió quinientos metros y me hizo atravesar: el agua me llegaba a los tobillos.


Cuando el hombre salió hacia el oriente con un cordel en la mano, midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta los tobillos.


El hombre se dirigió hacia el oriente con una cinta de medir en la mano. Midió 500 metros con el agua hasta los tobillos.


El hombre salió hacia oriente con un cordón en la mano. Midió quinientos metros y me hizo atravesar: el agua me llegaba a los tobillos.


Midiendo a medida que avanzaba, el guía celestial me llevó cuatrocientos cincuenta metros al este por la corriente y me hizo cruzarla. En este punto el agua me llegaba hasta los tobillos.


Cuando el hombre salió hacia el oriente con un cordel en la mano, midió 1,000 codos (525 metros), y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta los tobillos.


Me llevó a lo largo de la corriente de agua y, mientras avanzábamos, él iba midiendo; cuando llegamos a quinientos treinta metros, me llevó a través de la corriente. El agua me llegaba a los tobillos.


El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos.


Cuando el varón salió hacia el oriente con un cordel en su mano, midió 500 metros y me dijo que pasara por el agua. El agua me llegó hasta los tobillos.


Cuando el hombre salió hacia el oriente, llevaba un cordel en su mano. Entonces midió quinientos metros y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.


Aquel hombre salió y se dirigió al oriente. En su mano llevaba un cordel, y con él midió quinientos metros, y me hizo pasar por el agua, la cual me llegaba hasta los tobillos.


Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, é hízome pasar por las aguas hasta los tobillos.


El hombre se dirigió hacia el este. Tomó una cuerda y midió quinientos metros; luego me ordenó cruzar la corriente. El agua me llegaba a los tobillos.


El hombre se dirigió hacia el este. Tomó una cuerda y midió quinientos metros; luego me ordenó cruzar la corriente. El agua me llegaba a los tobillos.


El versiculo Ezequiel, 47:3 de los Textos Sagrados que componen la Biblia es algo que es conveniente tener en todo momento presente con el fin de analizarlo y pensar acerca de él.Seguramente deberíamos preguntarnos ¿Qué quiso proponernos Dios Padre con el versículo Ezequiel, 47:3? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida cotidiana en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo Ezequiel, 47:3 de La Biblia?

Hacer un análisis profundo acerca de el versículo Ezequiel, 47:3 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores cristianos y a aproximarnos más a Dios, por ese motivo es aconsejable servirse del versículo Ezequiel, 47:3 todas las veces que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen de modo que podamos saber qué pasos dar o para traer el sosiego a nuestras almas.