Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que solo se podía cruzar a nado.
Y midió otros mil, é iba ya el arroyo que yo no podía pasar: porque las aguas se habían alzado, y el arroyo no se podía pasar sino á nado.
Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado.
Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado.
Y midió otros mil, e iba ya el río que yo no podía pasar, porque las aguas se habían alzado, y el río no se podía pasar sino a nado.
Y midió otros mil: y yua ya el arroyo que yo no podia paſſar: porque las aguas ſe auian alçado: y el arroyo no ſe podia paſſar ſi no à nado.
Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que sólo se podía cruzar a nado.
Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que solo se podía cruzar a nado.
Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no pude atravesar, pues el agua había crecido y sólo a nado se podía atravesar: era un torrente que no se podía vadear.
Y midió otros mil; y ya era un río que yo no pude vadear, porque las aguas habían crecido, aguas que tenían que pasarse a nado, un río que no se podía vadear.
Siguió midiendo otros 500 metros, pero la corriente formaba un río que yo no podía cruzar. El río había crecido tanto que se podía nadar en él y era tan profundo que no se podía cruzar.
Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no pude atravesar, pues el agua había crecido y solo a nado se podía atravesar: era un torrente que no se podía vadear.
Otros cuatrocientos cincuenta metros después me llegaba a la cintura. Pero cuatrocientos cincuenta metros más adelante había llegado a ser un río tan profundo que no podía cruzarlo salvo que nadara. E
Y midió otros 1,000 codos (525 metros); y ya era un río que yo no pude vadear, porque las aguas habían crecido, aguas que tenían que pasarse a nado, un río que no se podía vadear.
Luego midió otros quinientos treinta metros y el río ya era demasiado profundo para cruzarlo caminando. Había buena profundidad para nadar, pero demasiada para atravesarlo a pie.
Midió otros quinientos metros, pero la corriente se había convertido ya en un río que yo no podía cruzar. Había crecido tanto que solo se podía cruzar a nado.
Midió otros 500 metros, y era un río por el cual no podía pasar. El agua creció de manera que el río no se podía pasar sino a nado.
Midió otros quinientos metros, y el río ya no se podía cruzar, porque las aguas habían crecido. El río no se podía cruzar sino a nado.
Cuando midió otros quinientos metros, el agua era ya un río; de tal manera había crecido la corriente que yo no la podía cruzar sino a nado.
Y midió otros mil, é iba ya el arroyo que yo no podía pasar: porque las aguas se habían alzado, y el arroyo no se podía pasar sino á nado.
Midió quinientos metros más, y la corriente era ya un río muy hondo que no pude cruzar a pie. La única manera de cruzarlo era nadando.
Midió quinientos metros más, y la corriente era ya un río muy hondo que no pude cruzar a pie. La única manera de cruzarlo era nadando.
El versiculo Ezequiel, 47:5 de los Textos Sagrados que componen la Biblia consiste en algo que es conveniente tomar constantemente en cuenta con el fin de hacer una reflexión sobre él.Tal vez deberíamos preguntarnos ¿Qué pretendía manifestarnos Dios Nuestro Señor con el versículo Ezequiel, 47:5? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de poner en práctica aquello que hemos aprendido gracias al versículo Ezequiel, 47:5 de La Sagrada Biblia?
Reflexionar en relación con el versículo Ezequiel, 47:5 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores personas y a acercarnos más a Dios, por esa cuestión es oportuno servirse del versículo Ezequiel, 47:5 siempre que necesitemos una luz que nos guíe y así saber qué pasos dar o para traer paz a nuestros corazones y almas.