En Jerusalén la gente dice: «Hemos oído la noticia, y el miedo nos ha dejado sin fuerzas; sentimos angustia y dolor, como una mujer de parto.
Su fama oimos, y nuestras manos se descoyuntaron; apoderóse de nosotros angustia, dolor como de mujer que pare.
Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto.
Al oír de su fama, nuestras manos se han descoyuntado. De nosotros se ha apoderado la angustia, un dolor como de mujer que está de parto.
Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto.
Su fama oymos, y nuestras manos ſe descoyuntaron: angustia nos tomó, dolor, como de muger que pare.
En Jerusalén la gente dice: «Hemos oído la noticia, y el miedo nos ha dejado sin fuerzas; sentimos angustia y dolor, como una mujer de parto.
En Jerusalén la gente dice: «Hemos oído la noticia, y el miedo nos ha dejado sin fuerzas; sentimos angustia y dolor, como una mujer de parto.
Al oír la noticia nos fallaron las fuerzas, llenos de angustia, con dolores de parturienta.
Hemos oído de su fama, flaquean nuestras manos. La angustia se ha apoderado de nosotros, dolor como de mujer de parto.
Hemos oído hablar de ese ejército, y quedamos temblando de miedo. La angustia se apoderó de nosotros, un dolor como de mujer que va a dar a luz.
Al oír la noticia nos fallaron las fuerzas, llenos de angustia, con dolores de parturienta.
La fama de sus ejércitos hemos oído, y el miedo nos debilita. El miedo y el dolor nos atenazan como a mujer a punto de dar a luz.
Hemos oído de su fama, Flaquean nuestras manos. La angustia se ha apoderado de nosotros, Dolor como de mujer de parto.
Hemos oído informes acerca del enemigo y las manos nos tiemblan de miedo. Punzadas de angustia se han apoderado de nosotros, como las de la mujer que está en trabajo de parto.
Nos ha llegado la noticia y nuestras manos flaquean; la angustia nos domina, como si tuviéramos dolores de parto.
Oímos su fama y se debilitan nuestras manos. La angustia se apodera de nosotros, dolores como de mujer que da a luz.
Oímos de su fama, y nuestras manos se debilitaron. La angustia se apoderó de nosotros, dolor como de mujer que da a luz.
Al enterarnos de su fama, se nos descoyuntaron las manos; la angustia y el dolor se apoderaron de nosotros, como se apoderan de una parturienta.
Su fama oimos, y nuestras manos se descoyuntaron; apoderóse de nosotros angustia, dolor como de mujer que pare.
El pueblo respondió: «Nos ha llegado la noticia, y tenemos mucho miedo; es tanto nuestro sufrimiento que parecemos una mujer a punto de tener un hijo.
El pueblo respondió: «Nos ha llegado la noticia, y tenemos mucho miedo; es tanto nuestro sufrimiento que parecemos una mujer a punto de tener un hijo.
El versiculo Jeremías, 6:24 de La Biblia consiste en algo que hay que tener continuamente presente con el fin de reflexionar sobre él.Probablemente sería acertado cuestionarse ¿Qué quiso decirnos el Señor con el versículo Jeremías, 6:24? ¿En qué ocasiones de nuestra vida cotidiana seremos capaces de aprovechar lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Jeremías, 6:24 de Las Sagradas Escrituras?
Discurrir y recapacitar en relación con el versículo Jeremías, 6:24 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores cristianos y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, esa es la razón por la cual es útil apoyarse en el versículo Jeremías, 6:24 en todas aquellas ocasiones en que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber cómo proceder o para traer la tranquilidad a nuestro espíritu.