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Jeremías, 8:6

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Jeremías, 8:6

He estado escuchando con atención, pero no he oído a nadie que se arrepienta de su maldad y tenga la franqueza de decir: ¿Qué es lo que he hecho? Todos siguen veloces su camino, como caballos desbocad


Escuché y oí; no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió á su carrera, como caballo que arremete con ímpetu á la batalla.


Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla.


Escuché con atención: no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: “¿Qué he hecho?” Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que se lanza con ímpetu a la bat


Escuché y oí; no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla.


Escuché y oy, no hablan derecho: no ay hombre que ſe arrepienta de ſu mal, diziendo, Que he hecho? Cada qual ſe boluió à ſu carrera, como cauallo que arremete con impetu à la batalla.


He estado escuchando con atención, pero no he oído a nadie que se arrepienta de su maldad y tenga la franqueza de decir: ¿Qué es lo que he hecho? Todos siguen veloces su camino, como caballos desbocad


He estado escuchando con atención, pero no he oído a nadie que se arrepienta de su maldad y tenga la franqueza de decir: ¿Qué es lo que he hecho? Todos siguen veloces su camino, como caballos desbocad


Presté atención y escuché: Sus palabras no eran de fiar; nadie se arrepiente de su maldad preguntándose: “¿Qué he hecho?”. Cada cual sigue sus correrías, como caballo lanzado al ataque.


He escuchado y oído, han hablado lo que no es recto; ninguno se arrepiente de su maldad, diciendo: ‘¿Qué he hecho?’. Cada cual vuelve a su carrera, como caballo que arremete en la batalla.


He escuchado con atención; lo que ellos dicen no es cierto. No hay ni uno que se arrepienta de su maldad y diga: “¿Qué es lo que he hecho?” Todos ellos siguen su propia carrera, como caballo que se la


Presté atención y escuché: Sus palabras no eran de fiar; nadie se arrepiente de su maldad preguntándose: «¿Qué he hecho?». Cada cual sigue sus correrías, como caballo lanzado al ataque.


Escucho su conversación, y ¿qué oigo? ¿Hay quien lamente haber pecado? ¿Hay quien diga: «¡Qué terrible lo que hice!»? ¡No, todos viven felices en medio de sus actos malvados! ¡Hasta se me figuran caba


He escuchado y oído, Han hablado lo que no es recto; Ninguno se arrepiente de su maldad, Diciendo: “¿Qué he hecho?”. Cada cual vuelve a su carrera, Como caballo que se lanza en la batalla.


Escucho sus conversaciones y no oigo una sola palabra de verdad. ¿Hay alguien que esté apenado por haber hecho lo malo? ¿Hay alguien que diga: “¡Qué cosa tan terrible he hecho!”? ¡No! ¡Todos corren po


He escuchado con suma atención, para ver si alguien habla con rectitud, pero nadie se arrepiente de su maldad; nadie reconoce el mal que ha hecho. Todos siguen su loca carrera, como caballos desbocado


Oí atentamente y escuché. No hablan rectamente. No hay quien se arrepienta de su perversidad y diga: ¿Qué hice? Cada cual se apartó por su camino, como caballo que arremete en la batalla.


“Oí atentamente y escuché; no hablan con rectitud. No hay hombre que se arrepienta de su maldad y que diga: ‘¿Qué he hecho?’. Cada cual se ha vuelto a su carrera, como caballo que arremete en la batal


Les he prestado atención, y he escuchado lo que dicen. No hablan con rectitud, y no hay nadie que se arrepienta de su maldad. Nadie se pregunta: ‘¿Pero qué he hecho?’ Son como caballos desbocados en m


Escuché y oí; no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió á su carrera, como caballo que arremete con ímpetu á la batalla.


Los he escuchado con mucha atención, pero no hay quien diga la verdad, ni quien se arrepienta de su maldad. ¡Nadie admite que ha hecho mal! Todos hacen lo que les da la gana, ¡parecen caballos fuera d


Los he escuchado con mucha atención, pero no hay quien diga la verdad, ni quien se arrepienta de su maldad. ¡Nadie admite que ha hecho mal! Todos hacen lo que les da la gana, ¡parecen caballos fuera d


El versiculo Jeremías, 8:6 de La Sagrada Biblia es algo que es aconsejable tomar constantemente en consideración con el objetivo de hacer una reflexión en torno a él.Quizás sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso proponernos Dios Padre con el versículo Jeremías, 8:6? ¿Cuáles son los momentos de nuestro día a día en que seremos capaces de poner en práctica lo que aprendemos gracias al versículo Jeremías, 8:6 de la Santa Biblia?

Meditar sobre el versículo Jeremías, 8:6 nos supone una ayuda a ser mejores personas y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la cuestión por la cual es útil servirse del versículo Jeremías, 8:6 siempre que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la paz a nuestros corazones y almas.