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San Mateo, 18:10

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San Mateo, 18:10

»No desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos están mirando siempre el rostro de mi Padre celestial.


Mirad no tengáis en poco á alguno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos.


Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.


»Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos


Mirad que no tengáis en poco a alguno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos.


Mirad no tẽgays en poco à alguno de estos pequeños: porque yo os digo que ſus angeles en los cielos veen siempre la faz de mi Padre que eſtá en los cielos.


»No desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos están mirando siempre el rostro de mi Padre celestial.


»No desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos están mirando siempre el rostro de mi Padre celestial.


cuídense, pues, de despreciar a alguno de estos pequeños, porque les aseguro que en el cielo sus ángeles están siempre en presencia de mi Padre celestial.


Mirad que no despreciéis a uno de estos pequeñitos, porque os digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.


»¡Tengan cuidado! No piensen que estos niñitos no valen nada. Pues les digo que ellos tienen ángeles en el cielo que están siempre allá con mi Padre.


Cuídense, pues, de despreciar a alguno de estos pequeños, porque les aseguro que en el cielo sus ángeles están siempre en presencia de mi Padre celestial. [


»Nunca menosprecien al creyente humilde, porque su ángel tiene en el cielo constante acceso al Padre.


»Miren que no desprecien a uno de estos pequeñitos, porque les digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de Mi Padre que está en los cielos.


»Cuidado con despreciar a cualquiera de estos pequeños. Les digo que, en el cielo, sus ángeles siempre están en la presencia de mi Padre celestial.


»Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.


Tengan cuidado de no menospreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en el cielo ven siempre el rostro de mi Padre celestial. [[


»Miren, no tengan en poco a ninguno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en los cielos siempre ven el rostro de mi Padre que está en los cielos.


»Tengan cuidado de no menospreciar a uno de estos pequeños, porque yo les digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.


Mirad no tengáis en poco á alguno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos.


»Recuerden: No desprecien a ninguno de estos pequeños, porque a ellos los cuidan los ángeles del cielo.


»Recuerden: No desprecien a ninguno de estos pequeños, porque a ellos los cuidan los ángeles del cielo.


Es preciso tomar continuamente en consideración el versículo San Mateo, 18:10 de los Textos Sagrados que componen la Biblia a fin de analizarlo y pensar en torno a él.Probablemente deberíamos preguntarnos ¿Qué intentaba proponernos Dios Nuestro Señor con el versículo San Mateo, 18:10? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que hemos aprendido gracias al versículo San Mateo, 18:10 de la Santa Biblia?

Meditar en relación con el versículo San Mateo, 18:10 nos ayuda a ser mejores personas y a acercarnos más a Dios, esa es la razón por la cual es útil recurrir al versículo San Mateo, 18:10 en todas aquellas ocasiones en que nos pueda servir de guía y así saber en qué forma acturar o para traer la tranquilidad a nuestras almas.