Jesús les contestó: —Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Si ustedes me responden, yo les diré con qué autoridad hago esto. Comenzaron a discuti
El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, ó de los hombres? Ellos entonces pensaron entre sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué pues no le creísteis?
El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: —Si decimos, “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué, pues, no le creísteis?”
El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces pensaron entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué pues no le creisteis?
El baptismo de Ioan de dõde era? del cielo, o de los hombres? Ellos entonces pensaron entre ſi, diziendo, Si dixeremos, Del cielo; dezir nos há, Porque pues no le creystes?
Jesús les contestó: —Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Si ustedes me responden, yo les diré con qué autoridad hago esto. Comenzaron a discuti
Jesús les contestó: —Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Si ustedes me responden, yo les diré con qué autoridad hago esto. Comenzaron a discuti
¿De quién recibió Juan el encargo de bautizar: del cielo o de los hombres? Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si contestamos que lo recibió de Dios, él nos dirá: ‘¿Por qué, pues, no le creyeron?’
¿De dónde era el bautismo de Juan?, ¿del cielo o de los hombres? Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: «Del cielo», Él nos dirá: «Entonces, ¿por qué no le creísteis?».
¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿De Dios o de los hombres? Ellos comenzaron a discutir entre sí y decían: «Si decimos que venía de Dios, él nos preguntará: “¿Por qué entonces no le creyeron?”
¿De quién recibió Juan el encargo de bautizar: del cielo o de los hombres? Ellos se pusieron a razonar entre sí: «Si contestamos que lo recibió de Dios, él nos dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”
¿Quién envió a Juan a bautizar? ¿Fue Dios o no? Como era una pregunta difícil de contestar, se pusieron a discutirla entre ellos en voz baja: ―Si decimos que Dios lo envió, nos preguntará por qué no c
¿De dónde era el bautismo de Juan, del cielo o de los hombres?». Y ellos discutían entre sí, diciendo: «Si decimos: “Del cielo”, Él nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”.
La autoridad de Juan para bautizar, ¿provenía del cielo o era meramente humana? Ellos discutieron el asunto unos con otros: «Si decimos que provenía del cielo, nos preguntará por qué no le creímos a J
El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de los hombres? Ellos comenzaron a discutir entre sí: «Si respondemos “del cielo”, nos dirá “entonces, ¿por qué no le creyeron?”.
¿De dónde era el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de hombres? Entonces razonaban entre ellos: Si decimos del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creyeron?
¿De dónde era el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres? Entonces ellos razonaban entre sí, diciendo: —Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué, pues, no le creyeron?”.
El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres?» Ellos discutían entre sí, y decían: «Si decimos que era del cielo, él nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”
El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, ó de los hombres? Ellos entonces pensaron entre sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué pues no le creísteis?
Jesús les contestó: —Yo también voy a preguntarles algo: ¿Quién le dio autoridad a Juan el Bautista para bautizar? ¿Dios o alguna otra persona? Si me responden eso, yo les diré quién me dio autoridad
Jesús les contestó: —Yo también voy a preguntarles algo: ¿Quién le dio autoridad a Juan el Bautista para bautizar? ¿Dios o alguna otra persona? Si me responden eso, yo les diré quién me dio autoridad
El versiculo San Mateo, 21:25 de La Sagrada Biblia consiste en algo que es aconsejable tener constantemente presente con el fin de hacer una reflexión en torno a él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía decirnos Dios con el versículo San Mateo, 21:25? ¿Cuáles son los momentos de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo San Mateo, 21:25 de La Biblia?
El hecho de reflexionar en relación con el versículo San Mateo, 21:25 nos ayuda a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa cuestión es aconsejable apoyarse en el versículo San Mateo, 21:25 todas y cada una de las veces que pueda servirnos de guía de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer la paz a nuestros corazones.