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San Marcos, 3:22

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San Marcos, 3:22

También los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien le ha dado a este hombre el poder de expulsarlos.»


Y los escribas que habían venido de Jerusalem, decían que tenía á Beelzebub, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.


Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.


Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.


¶ Pero los escribas que habían venido de Jerusalén, decían que tenía a Beelzebú; y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.


¶ Y los Escribas que auian venido de Ieruſalem, dezian, que tenia à Beelzebul: y que por el principe de los demonios echaua fuera los demonios.


También los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien le ha dado a este hombre el poder de expulsarlos.»


También los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien le ha dado a este hombre el poder de expulsarlos.»


Los maestros de la ley llegados de Jerusalén decían que Jesús estaba poseído por Belzebú, el jefe de los demonios, con cuyo poder los expulsaba.


Y los escribas que habían descendido de Jerusalén decían: Tiene a Beelzebú; y: Expulsa los demonios por el príncipe de los demonios.


Los maestros de la ley que venían de Jerusalén decían: «¡Beelzebú está con él! Él expulsa a los demonios por el poder del jefe de los demonios».


Los maestros de la ley llegados de Jerusalén decían que Jesús estaba poseído por Belzebú, el jefe de los demonios, con cuyo poder los expulsaba.


Los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «Los demonios lo obedecen porque tiene a Beelzebú, el príncipe de los demonios».


Y los escribas que habían descendido de Jerusalén decían: «Tiene a Beelzebú; y expulsa los demonios por medio del príncipe de los demonios».


Pero los maestros de la ley religiosa que habían llegado de Jerusalén decían: «Está poseído por Satanás, el príncipe de los demonios. De él recibe el poder para expulsar los demonios».


Los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «¡Está poseído por Beelzebú! Expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios».


Y los escribas que bajaron de Jerusalén decían: ¡Tiene a Beelzebul! Y: ¡Por el jefe de los demonios echa fuera a los demonios!


Los escribas que habían descendido de Jerusalén decían que estaba poseído por Beelzebul y que mediante el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.


Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «A este lo domina Beelzebú. Y expulsa a los demonios por el poder del príncipe de los demonios.»


Y los escribas que habían venido de Jerusalem, decían que tenía á Beelzebub, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.


Pero los maestros de la Ley que habían llegado de Jerusalén decían: «Este hombre tiene a Beelzebú, el jefe de los demonios. Solo por el poder que Beelzebú le da, puede expulsarlos.»


Pero los maestros de la Ley que habían llegado de Jerusalén decían: «Este hombre tiene a Beelzebú, el jefe de los demonios. Solo por el poder que Beelzebú le da, puede expulsarlos.»


El versiculo San Marcos, 3:22 de La Santa Biblia es algo que nos conviene tener continuamente presente con la finalidad de hacer una reflexión en torno a él. ¿Qué pretendía proponernos Dios con el versículo San Marcos, 3:22? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de llevar a la práctica aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo San Marcos, 3:22 de La Biblia?

Hacer un análisis profundo en relación con el versículo San Marcos, 3:22 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por eso es útil acudir al versículo San Marcos, 3:22 cuando creamos que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber qué pasos dar o para traer la tranquilidad a nuestro espíritu.