3 (4) Tanto es el mal que ha caído sobre mí, que me encuentro al borde de la muerte
Porque mi alma está harta de males, Y mi vida cercana al sepulcro.
Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol.
porque mi alma está hastiada de males y mi vida cercana al seol.
Porque mi alma está harta de males, y mi vida llega al Seol.
Eotre delante de ti mi oracion: inclina tu oreja à mi clamor.
¡acepta mi oración!, ¡atiende a mi plegaria!
3 (4) Tanto es el mal que ha caído sobre mí, que me encuentro al borde de la muerte
Que mi súplica llegue a ti, que escuche tu oído mi clamor
Porque saturada está mi alma de males, y mi vida se ha acercado al Seol.
¡Ya basta! He sufrido demasiado. Estoy listo para morir.
porque estoy harto de males y roza mi vida el reino de los muertos.
porque mi vida está llena de problemas, y la muerte se acerca.
Porque mi alma está llena de males, Y mi vida se ha acercado al Seol.
Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca.
Tan colmado estoy de calamidades que mi vida está al borde de la muerte.
Porque mi alma está harta de aflicciones, Y mi vida se acerca al Seol .
porque mi alma está harta de males y mi vida se ha acercado al Seol.
Las calamidades me abruman; ¡ya me encuentro al borde del sepulcro!
Porque mi alma está harta de males, Y mi vida cercana al sepulcro.
3 (4) Sufro tantas calamidades que estoy al borde de la muerte.
3 (4) Sufro tantas calamidades que estoy al borde de la muerte.
Es preciso tener siempre presente el versículo Salmos, 88:3 de La Sagrada Biblia de manera que podamos hacer una reflexión acerca de él.Probablemente sería bueno preguntarse ¿Qué intentaba manifestarnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Salmos, 88:3? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de recurrir a aquello que hemos aprendido gracias al versículo Salmos, 88:3 de La Biblia?
Hacer un análisis profundo sobre el versículo Salmos, 88:3 nos supone una ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a aproximarnos más a Dios, por esa cuestión es oportuno servirse del versículo Salmos, 88:3 cada vez que necesitemos una luz que nos guíe para saber en qué forma acturar o para traer la tranquilidad a nuestro espíritu.