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1 Corintios, 10:29

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1 Corintios, 10:29

Estoy hablando de la conciencia del otro, no de la de ustedes. Yo no debo hacer que mi libertad sea mal juzgada por la conciencia de otra persona.


La conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?


La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?


Me refiero a la conciencia del otro, no a la tuya, pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?


La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?


La consciencia digo, no tuya, ſino del otro. Mas porque es juzada mi libertad por otra consciencia?


Estoy hablando de la conciencia del otro, no de la de ustedes. Yo no debo hacer que mi libertad sea mal juzgada por la conciencia de otra persona.


Estoy hablando de la conciencia del otro, no de la de ustedes. Yo no debo hacer que mi libertad sea mal juzgada por la conciencia de otra persona.


Naturalmente, me refiero no a la conciencia de ustedes, sino a la de quien les ha hecho la indicación. Y ¿por qué —dirás— va a quedar coartada mi libertad por la conciencia de otro?


Quiero decir, no vuestra conciencia, sino la del otro; pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia ajena?


No digo que ustedes piensen que no se debe hacer, sino que la otra persona supone que ustedes no deben hacer eso. Pero alguno puede preguntar ¿por qué ha de ser juzgada mi propia libertad por lo que o


Naturalmente, me refiero no a la conciencia de ustedes, sino a la de quien les ha hecho la indicación. Y ¿por qué —dirás— va a quedar coartada mi libertad por la conciencia de otro?


En este caso, no me refiero a la conciencia de uno mismo, sino a la del otro. ¿Por qué tiene uno que guiarse por lo que otro piense y limitarse a sus opiniones?


Quiero decir, no la conciencia de ustedes, sino la del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia ajena?


Tal vez no sea una cuestión de conciencia para ustedes, pero lo es para la otra persona). Pues, ¿por qué tendría que ser restringida mi libertad por lo que piense otra persona?


Me refiero a la conciencia del otro, no a la de ustedes. ¿Por qué se ha de juzgar mi libertad de acuerdo con la conciencia ajena?


No me refiero a tu propia conciencia, sino a la de otro. Pues, ¿por qué se juzga mi libertad por la conciencia de otro?


Pero no me refiero a la conciencia tuya, sino a la del otro. Pues, ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia de otro?


Claro que me refiero a la conciencia del otro, no a la tuya. Pues ¿por qué se habría de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?


La conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?


Pero si alguien les dice: «Esta carne fue ofrecida a los ídolos», entonces no la coman, para evitar problemas. Tal vez tú no tengas problemas en comerla, pero otras personas sí. A mí realmente no me g


Pero si alguien les dice: «Esta carne fue ofrecida a los ídolos», entonces no la coman, para evitar problemas. Tal vez tú no tengas problemas en comerla, pero otras personas sí. A mí realmente no me g


Es preciso tomar siempre en cuenta el versículo 1 Corintios, 10:29 de La Santa Biblia a fin de reflexionar en torno a él.Quizás deberíamos preguntarnos ¿Qué intentaba proponernos Dios Padre con el versículo 1 Corintios, 10:29? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestro día a día en que podemos poner en práctica lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo 1 Corintios, 10:29 de la Santa Biblia?

Reflexionar en relación con el versículo 1 Corintios, 10:29 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, por eso es conveniente acudir al versículo 1 Corintios, 10:29 todas y cada una de las veces que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir y así saber qué pasos dar o para traer la serenidad a nuestros corazones y almas.