Y Joab les respondió: —Pues si lo viste, ¿por qué no lo derribaste allí mismo? Yo con mucho gusto te habría dado diez monedas de plata y un cinturón.
Y Joab respondió al hombre que le daba la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le heriste luego allí echándole á tierra? y sobre mí, que te hubiera dado diez siclos de plata, y un talabarte.
Y Joab respondió al hombre que le daba la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le mataste luego allí echándole a tierra? Me hubiera placido darte diez siclos de plata, y un talabarte.
Joab respondió al hombre que le daba la noticia: —Y si lo viste, ¿por qué no lo mataste enseguida, derribándolo en tierra? Me hubiera placido darte diez siclos de plata y un cinturón.
Y Joab respondió al hombre que le daba la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le heriste luego allí echándole a tierra? Y sobre mí, que te hubiera dado diez siclos de plata, y un talabarte.
Y Ioab respondió àl hombre que le daua la nueua. Y viendolo tu, porque no lo heriste luego alli à tierra? y ſobre mi, que yo te diera diez siclos de plata, y vn talabarte.
Y Joab les respondió: —Pues si lo viste, ¿por qué no lo derribaste allí mismo? Yo con mucho gusto te habría dado diez monedas de plata y un cinturón.
Y Joab les respondió: —Pues si lo viste, ¿por qué no lo derribaste allí mismo? Yo con mucho gusto te habría dado diez monedas de plata y un cinturón.
Joab dijo al que le traía la información: — Si lo has visto, ¿por qué no lo abatiste allí mismo? Te habría dado diez siclos de plata y un cinturón.
Joab dijo al hombre que le había avisado: He aquí, tú lo viste, ¿por qué no lo heriste allí derribándolo a tierra? Yo te hubiera dado diez piezas de plata y un cinturón.
Joab le dijo al hombre: —¿Por qué no lo mataste y lo derribaste? ¡Te hubiera dado un cinturón y diez piezas de plata!
Joab dijo al que le traía la información: —Si lo has visto, ¿por qué no lo abatiste allí mismo? Te habría dado diez siclos de plata y un cinturón.
―¿Qué? ¿Lo has visto y no le has dado muerte? —dijo Joab—. Yo te habría recompensado con diez monedas de plata y un cinturón.
Joab dijo al hombre que le había avisado: «Así que tú lo viste, ¿por qué no lo heriste allí derribándolo a tierra? Yo te hubiera dado diez monedas de plata y un cinturón».
—¿Qué? —preguntó Joab—. ¿Lo viste ahí y no lo mataste? ¡Te hubiera recompensado con diez piezas de plata y un cinturón de héroe!
—¡Cómo! —exclamó Joab—. ¿Lo viste y no lo mataste ahí mismo? Te habría dado diez siclos de plata y un cinturón.
Joab dijo al hombre que le dio la noticia: Y al verlo tú, ¿por qué no lo heriste allí y lo derribaste a tierra? Yo te habría dado 110 gramos de plata y un cinturón.
Joab respondió al hombre que le dio la noticia: —Y viéndolo tú, ¿por qué no lo mataste allí mismo, derribándolo a tierra? Yo te hubiera dado ciento diez gramos de plata y un cinturón.
Entonces Joab le dijo: «Si lo viste, ¿por qué no le diste muerte y lo derribaste? Me hubiera gustado darte diez monedas de plata y un buen cinturón.»
Y Joab respondió al hombre que le daba la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le heriste luego allí echándole á tierra? y sobre mí, que te hubiera dado diez siclos de plata, y un talabarte.
Y Joab le dijo: —¡Pues lo hubieras matado! Si lo hubieras hecho, ya te habrías ganado diez monedas de plata y un cinturón.
Y Joab le dijo: —¡Pues lo hubieras matado! Si lo hubieras hecho, ya te habrías ganado diez monedas de plata y un cinturón.
Debemos tener continuamente presente el versículo 2 Samuel, 18:11 de los Textos Sagrados que componen la Biblia de tal forma que podamos hacer una reflexión sobre él.Quizás deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso manifestarnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo 2 Samuel, 18:11? ¿En qué momentos de nuestra vida diaria podemos recurrir a lo que hemos llegado a saber gracias al versículo 2 Samuel, 18:11 de la Santa Biblia?
El hecho de reflexionar acerca de el versículo 2 Samuel, 18:11 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores personas y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la cuestión por la cual es bueno acudir al versículo 2 Samuel, 18:11 siempre que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer la paz a nuestros corazones.