Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese á Jerusalem.
Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén.
Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar que no subiera a Jerusalén.
Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiera a Jerusalén.
Loqual como oymos, rogamos noſotros y los que estauã en aquel lugar, que no subieſſe à Ieruſalem.
Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
Al oír esto, tanto los creyentes de la localidad como nosotros rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
Al escuchar esto, tanto nosotros como los que vivían allí le rogábamos que no subiera a Jerusalén.
Cuando oímos esto, nosotros y los que estaban allí le rogamos que no fuera a Jerusalén.
Al oír esto, tanto los creyentes de la localidad como nosotros rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
Al escuchar aquello, los creyentes de Cesarea y nosotros le suplicamos que no fuera a Jerusalén.
Al escuchar esto, tanto nosotros como los que vivían allí le rogábamos que no subiera a Jerusalén.
Cuando lo oímos, tanto nosotros como los creyentes del lugar le suplicamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
Al oír esto, nosotros y los de aquel lugar rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén.
Cuando oímos esto, nosotros y los residentes le rogamos que no subiera a Jerusalén.
Cuando oímos esto, nosotros y también los de aquel lugar le rogamos que no subiera a Jerusalén.
Al oír esto, nosotros y los de Cesarea le rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese á Jerusalem.
Cuando los que acompañábamos a Pablo escuchamos eso, le rogamos que no fuera a Jerusalén. También los de la iglesia de Cesarea le rogaban lo mismo.
Cuando los que acompañábamos a Pablo escuchamos eso, le rogamos que no fuera a Jerusalén. También los de la iglesia de Cesarea le rogaban lo mismo.
El versiculo Hechos, 21:12 de La Santa Biblia es algo que es conveniente tomar constantemente en consideración con el fin de reflexionar sobre él. ¿Qué trataba de decirnos Dios Nuestro Señor con el versículo Hechos, 21:12? ¿En qué momentos de nuestra vida cotidiana podemos aplicar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Hechos, 21:12 de La Sagrada Biblia?
El hecho de reflexionar acerca de el versículo Hechos, 21:12 nos supone una ayuda a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, esa es la cuestión por la cual es aconsejable servirse del versículo Hechos, 21:12 cada vez que necesitemos una luz que nos guíe y así saber cómo actuar o para traer paz a nuestras almas.