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Hechos, 21:37

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Hechos, 21:37

Cuando ya iban a meterlo en el cuartel, Pablo le preguntó al comandante del batallón: —¿Puedo hablar con usted un momento? El comandante le contestó: —¿Sabes hablar griego?


Y como comenzaron á meter á Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?


Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dijo al tribuno: ¿Se me permite decirte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?


Cuando estaban a punto de meterlo en la fortaleza, Pablo dijo al comandante: —¿Se me permite decirte algo? Y él dijo: —¿Sabes griego?


Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?


Y como començaron à meter à Paulo en el real, dize àl Tribuno, Sermehà licito hablarte algo? y el dixo, Griego sabes?


Cuando ya iban a meterlo en el cuartel, Pablo le preguntó al comandante del batallón: —¿Puedo hablar con usted un momento? El comandante le contestó: —¿Sabes hablar griego?


Cuando ya iban a meterlo en el cuartel, Pablo le preguntó al comandante del batallón: —¿Puedo hablar con usted un momento? El comandante le contestó: —¿Sabes hablar griego?


Estaban ya a punto de introducirlo en el interior de la fortaleza, cuando Pablo dijo al comandante: — ¿Puedo hablar un momento contigo? — ¿Sabes hablar griego? —le dijo extrañado el comandante—.


Cuando estaban para meter a Pablo en el cuartel, dijo al comandante: ¿Puedo decirte algo? Y él dijo*: ¿Sabes griego?


Cuando los soldados estaban listos para llevarlo al cuartel, Pablo le preguntó al comandante: —¿Puedo hablarle? El comandante dijo: —¿Sabes griego?


Estaban ya a punto de introducirlo en el interior de la fortaleza, cuando Pablo dijo al comandante: —¿Puedo hablar un momento contigo? —¿Sabes hablar griego? —le dijo extrañado el comandante—.


Ya lo iban a meter en la fortaleza cuando Pablo le dijo al comandante: ―¿Puedo decirte algo? ―¡Conque sabes griego! —le dijo el comandante.


Cuando estaban para meterlo en el cuartel, Pablo dijo al comandante: «¿Puedo decirte algo?». Y él dijo*: «¿Sabes griego?


Cuando estaban por llevarlo adentro, Pablo le dijo al comandante: —¿Puedo hablar con usted? —¿¡Hablas griego!? —le preguntó el comandante, sorprendido—.


Cuando los soldados estaban a punto de meterlo en el cuartel, Pablo preguntó al comandante: —¿Me permite decirle algo? —¿Hablas griego? —respondió el comandante—.


Cuando iba a entrar en el cuartel, Pablo preguntó al comandante: ¿Me permites decirte algo? Y él respondió: ¿Hablas griego?


Cuando ya iba a ser metido en la fortaleza, Pablo dijo al tribuno: —¿Se me permite decirte algo? Y él dijo: —¿Sabes griego?


Cuando estaban por meter a Pablo en la fortaleza, este le dijo al tribuno: «¿Me permites decirte algo?» Y el tribuno respondió: «¿Sabes griego?


Y como comenzaron á meter á Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?


Los soldados ya iban a meter a Pablo en la cárcel, cuando él le preguntó al jefe de ellos: —¿Podría hablar con usted un momento? El jefe, extrañado, le dijo: —No sabía que tú hablaras griego.


Los soldados ya iban a meter a Pablo en la cárcel, cuando él le preguntó al jefe de ellos: —¿Podría hablar con usted un momento? El jefe, extrañado, le dijo: —No sabía que tú hablaras griego.


Deberíamos tomar en todo momento en cuenta el versículo Hechos, 21:37 de La Biblia con el propósito de analizarlo y pensar acerca de él.Seguramente sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso manifestarnos Dios Nuestro Señor con el versículo Hechos, 21:37? ¿En qué momentos de nuestra vida cotidiana seremos capaces de recurrir a lo que hemos aprendido gracias al versículo Hechos, 21:37 de La Sagrada Biblia?

El hecho de reflexionar en relación con el versículo Hechos, 21:37 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por eso es oportuno servirse del versículo Hechos, 21:37 todas y cada una de las veces que pueda servirnos de guía y así saber qué pasos dar o para traer el sosiego a nuestro espíritu.