Como no pudimos convencerlo, lo dejamos, diciendo: —Que se haga la voluntad del Señor.
Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
Como no lo pudimos persuadir, desistimos, diciendo: —Hágase la voluntad del Señor.
Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
Y como no le podimos persuadir, reposamosnos, diziẽdo, Hagase la voluntad del Señor.
Como no pudimos convencerlo, lo dejamos, diciendo: —Que se haga la voluntad del Señor.
Como no pudimos convencerlo, lo dejamos, diciendo: —Que se haga la voluntad del Señor.
Y, como no había manera de disuadirlo, dejamos de insistir, diciendo resignados: — ¡Que se haga la voluntad del Señor!
Como no se dejaba persuadir, nos callamos, diciéndonos: Que se haga la voluntad del Señor.
Nosotros no pudimos convencerlo de que no fuera a Jerusalén. Entonces dejamos de rogarle y le dijimos: —Que se haga la voluntad del Señor.
Y, como no había manera de disuadirlo, dejamos de insistir, diciendo resignados: —¡Que se haga la voluntad del Señor!
Al darnos cuenta de que no podríamos disuadirlo, nos dimos por vencidos y dijimos: ―Hágase la voluntad del Señor.
Como no se dejaba persuadir, dejamos de insistir, diciéndonos: «Que se haga la voluntad del Señor».
Al ver que era imposible convencerlo, nos dimos por vencidos y dijimos: «Que se haga la voluntad del Señor».
Como no se dejaba convencer, desistimos, exclamando: —¡Que se haga la voluntad del Señor!
Como no pudimos convencerlo, dijimos: ¡Que se haga la voluntad del Señor!
Como él no se dejaba persuadir, desistimos diciendo: —Que se haga la voluntad del Señor.
Como no pudimos convencerlo, dejamos de insistir y le dijimos: «¡Que se haga la voluntad del Señor!»
Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
Hicimos todo lo posible para evitar que Pablo fuera a Jerusalén, pero él no quiso escucharnos. Así que dijimos: «¡Señor Jesús, enséñanos a hacer lo que nos ordenas!»
Hicimos todo lo posible para evitar que Pablo fuera a Jerusalén, pero él no quiso escucharnos. Así que dijimos: «¡Señor Jesús, enséñanos a hacer lo que nos ordenas!»
Es conveniente tener constantemente presente el versículo Hechos, 21:14 de La Biblia con el propósito de analizarlo y pensar en torno a él. ¿Qué pretendía proponernos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Hechos, 21:14? ¿En qué ocasiones de nuestro día a día podemos aplicar lo que hemos aprendido gracias al versículo Hechos, 21:14 de La Sagrada Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo Hechos, 21:14 nos es de gran ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a acercarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es bueno acudir al versículo Hechos, 21:14 todas las veces que nos pueda servir de guía y así saber cómo proceder o para traer la paz a nuestro espíritu.