«El pueblo de Israel es para mí como el resto inservible que queda cuando se echa cobre, estaño, hierro, plomo o plata en el horno.
Hijo del hombre, la casa de Israel se me ha tornado en escoria: todos ellos son metal, y estaño, y hierro, y plomo, en medio del horno; escorias de plata se tornaron.
Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria; todos ellos son bronce y estaño y hierro y plomo en medio del horno; y en escorias de plata se convirtieron.
«Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria. Todos ellos son bronce, estaño, hierro y plomo en medio del horno; y en escorias de plata se han convertido.
Hijo de hombre, la Casa de Israel se me ha tornado en escoria; todos ellos como bronce, y estaño, y hierro, y plomo, en medio del horno; escorias de plata se tornaron.
Hombre, la Caſa de Iſrael semehan tornado en escoria: todos ellos como metal, y estaño, y hierro, y plomo en medio del horno, escorias de plata ſe tornaron.
«El pueblo de Israel es para mí como el resto inservible que queda cuando se echa cobre, estaño, hierro, plomo o plata en el horno.
«El pueblo de Israel es para mí como el resto inservible que queda cuando se echa cobre, estaño, hierro, plomo o plata en el horno.
— Hijo de hombre: los israelitas se me han convertido en escoria. Todos ellos son cobre, estaño, hierro y plomo metidos en un horno; no son más que escoria.
Hijo de hombre, la casa de Israel se ha convertido en escoria para mí; todos ellos son bronce, estaño, hierro y plomo en medio del horno; escoria de plata son.
«Hijo de hombre, el pueblo de Israel se ha vuelto como la escoria. Son como el cobre, el estaño, el hierro y el plomo que se queda en el horno, a pesar de que una vez fueron plata pura.
—Hijo de hombre: los israelitas se me han convertido en escoria. Todos ellos son cobre, estaño, hierro y plomo metidos en un horno; no son más que escoria.
«Hombre mortal, el pueblo de Israel es como la escoria sin valor que queda cuando la plata es fundida. Es como la hez compuesta de bronce, estaño, hierro y plomo. Por lo tanto el SEÑOR Dios dice: “Por
«Hijo de hombre, la casa de Israel se ha convertido en escoria para Mí. Todos ellos son bronce, estaño, hierro y plomo en medio del horno; escoria de plata son.
«Hijo de hombre, los israelitas son la escoria inservible que queda después de fundir la plata. Son los desechos que sobran: una mezcla inútil de cobre, estaño, hierro y plomo.
«Hijo de hombre, todo el pueblo de Israel se ha vuelto para mí como la escoria del cobre y del estaño, del hierro y del plomo, que se queda en el horno. ¡Son como la escoria de la plata!
Hijo de hombre, la Casa de Israel se me convirtió en escoria. En el crisol, todos ellos se convirtieron en bronce, estaño, hierro y escoria de plata.
“Oh hijo de hombre, para mí la casa de Israel se ha convertido en escoria. Todos ellos —plata, cobre, estaño, hierro y plomo— se han convertido en escoria en medio del horno.
«Hijo de hombre, para mí el pueblo de Israel se ha convertido en escoria. Todos ellos son bronce y estaño, hierro y plomo en medio del horno. ¡Se han convertido en escoria de plata!
Hijo del hombre, la casa de Israel se me ha tornado en escoria: todos ellos son metal, y estaño, y hierro, y plomo, en medio del horno; escorias de plata se tornaron.
«Para mí, los israelitas son como la basura que queda en el horno después de fundir diferentes metales.
«Para mí, los israelitas son como la basura que queda en el horno después de fundir diferentes metales.
Debemos tomar siempre en consideración el versículo Ezequiel, 22:18 de los Textos Sagrados que componen la Biblia de tal forma que podamos meditar sobre él. ¿Qué intentaba proponernos Dios Nuestro Señor con el versículo Ezequiel, 22:18? ¿En qué momentos de nuestra vida cotidiana seremos capaces de aprovechar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Ezequiel, 22:18 de la Santa Biblia?
Discurrir y recapacitar en torno a lo que se refiere el versículo Ezequiel, 22:18 nos es de gran ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por esa razón es aconsejable recurrir al versículo Ezequiel, 22:18 todas las veces que necesitemos una luz que nos guíe para saber cómo proceder o para traer la tranquilidad a nuestro espíritu.