y le dirás: “Esto dice el Señor: Ciudad que matas a tus habitantes y fabricas ídolos para contaminarte, ¡ya te va a llegar tu hora!
Dirás, pues: Así ha dicho el Señor Jehová: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!
Dirás, pues: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!
Le dirás, pues: “Así ha dicho Jehová, el Señor: ¡Ciudad que derrama sangre dentro de sí misma para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!
Dirás, pues: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!
Y dirás, Ansi dixo el Señor Iehoua: Ciudad derramadora de sangre en medio de ſi, paraque venga ſu hora: y que hizo idolos contra ſi misma para contaminarſe.
y le dirás: “Esto dice el Señor: Ciudad que matas a tus habitantes y fabricas ídolos para contaminarte, ¡ya te va a llegar tu hora!
y le dirás: “Esto dice el Señor: Ciudad que matas a tus habitantes y fabricas ídolos para contaminarte, ¡ya te va a llegar tu hora!
Diles: Esto dice el Señor Dios: ¡Ciudad que derrama la sangre de sus habitantes, acelerando así su hora, y que fabrica ídolos, contaminándose así con ellos!
Dirás: «Así dice el Señor DIOS: “Ciudad que derrama sangre en medio de sí misma para que llegue su hora, y que se hace ídolos para contaminarse
Diles que el Señor DIOS dice: Jerusalén es una ciudad que derrama sangre, ciudad en busca de castigo. Hizo ídolos repugnantes para deshonrarse a sí misma.
Diles: Esto dice el Señor Dios: ¡Ciudad que derrama la sangre de sus habitantes, acelerando así su hora, y que fabrica ídolos, contaminándose así con ellos!
Ciudad de Homicidios, condenada y sentenciada, ciudad de ídolos, contaminada e inmunda
Dirás: “Así dice el Señor DIOS: ‘¡Ciudad que derrama sangre en medio de sí misma para que llegue su hora, y que se hace ídolos para contaminarse!
y dale este mensaje de parte del SEÑOR Soberano: “Ciudad de asesinos, condenada y maldita —ciudad de ídolos, inmunda y repugnante
Adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente: “¡Ay de ti, ciudad que derramas sangre en tus calles, y te contaminas fabricando ídolos! ¡Cómo provocas tu ruina!
ʼADONAY YAVÉ dice: ¡Oh ciudad derramadora de sangre dentro de ti, que vas hacia tu fin y que te contaminaste al fabricarte tus ídolos!
Tú, pues, dirás que así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘¡Ciudad que derrama sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que se ha hecho ídolos para contaminarse!
Dile que así ha dicho Dios el Señor: “¡Ciudad que en tus calles derramas sangre, ciudad que te contaminas con los ídolos que has hecho, con lo que has provocado tu ruina!
Dirás, pues: Así ha dicho el Señor Jehová: Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!
Dile de mi parte lo siguiente: “¡Te llegó la hora, ciudad de Jerusalén! ¡Pronto serás castigada! Has matado a tus habitantes, y te has rebajado al adorar a esos ídolos malolientes que tú misma has fab
Dile de mi parte lo siguiente: “¡Te llegó la hora, ciudad de Jerusalén! ¡Pronto serás castigada! Has matado a tus habitantes, y te has rebajado al adorar a esos ídolos malolientes que tú misma has fab
El versiculo Ezequiel, 22:3 de La Sagrada Biblia es algo que es conveniente tomar continuamente en cuenta a fin de hacer una reflexión acerca de él.Tal vez sería acertado cuestionarse ¿Qué pretendía proponernos Dios con el versículo Ezequiel, 22:3? ¿En qué ocasiones de nuestro día a día tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo Ezequiel, 22:3 de La Sagrada Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación acerca de el versículo Ezequiel, 22:3 es un gran aporte que nos permite a ser mejores cristianos y a acercarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es conveniente apoyarse en el versículo Ezequiel, 22:3 siempre que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber cómo proceder o para traer la tranquilidad a nuestros corazones y almas.