«Tú, hombre, vas a dictar la sentencia contra la ciudad criminal. La acusarás de todas las cosas detestables que ha hecho
Y tú, hijo del hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú á la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones?
Tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones?
«Y tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad sanguinaria y le mostrarás todas sus abominaciones?
Y tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de la sangre inocente, y le mostrarás todas sus abominaciones?
Y tu, ô hõbre, no juzgarás tu, no juzgaras tu àla Ciudad derramadora de la sangre innocente, y le mostrarás ſus abominaciones?
«Tú, hombre, vas a dictar la sentencia contra la ciudad criminal. La acusarás de todas las cosas detestables que ha hecho
«Tú, hombre, vas a dictar la sentencia contra la ciudad criminal. La acusarás de todas las cosas detestables que ha hecho
— Y tú, hijo de hombre, juzga a la ciudad sanguinaria y échale en cara todas sus abominaciones.
Tú, hijo de hombre, ¿Vas a juzgar? ¿Vas a juzgar a la ciudad sanguinaria? Hazle saber todas sus abominaciones.
«Tú, hijo de hombre, ¿juzgarás a esta ciudad sanguinaria y les dirás todas las cosas horribles que hizo?
—Y tú, hijo de hombre, juzga a la ciudad sanguinaria y échale en cara todas sus abominaciones.
«Hombre mortal, acusa a Jerusalén como la Ciudad de Homicidios. Denuncia públicamente sus terribles hechos, su derramamiento de sangre inocente.
«Tú, hijo de hombre, ¿Vas a juzgar? ¿Vas a juzgar a la ciudad sanguinaria? Hazle saber todas sus abominaciones.
«Hijo de hombre, ¿estás listo para juzgar a Jerusalén? ¿Estás preparado para juzgar a esta ciudad de asesinos? Denuncia públicamente sus pecados detestables
«Tú, hijo de hombre, juzga a la ciudad sanguinaria; denúnciala por todas sus prácticas detestables.
Y tú, hijo de hombre, ¿quieres juzgar a la ciudad sanguinaria? Denuncia entonces todas sus repugnancias
“Tú, oh hijo de hombre, ¿juzgarás a la ciudad derramadora de sangre? ¿La juzgarás? ¿Le mostrarás todas sus abominaciones?
«¿Acaso tú, hijo de hombre, no vas a dictar sentencia contra la ciudad que derrama sangre? ¿Acaso no le vas a señalar todos sus actos repugnantes?
Y tú, hijo del hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú á la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones?
«Ezequiel, hombre mortal, declara culpable a esa ciudad asesina. ¡Échale en cara todas sus repugnantes maldades!
«Ezequiel, hombre mortal, declara culpable a esa ciudad asesina. ¡Échale en cara todas sus repugnantes maldades!
Nos conviene tomar en todo momento en cuenta el versículo Ezequiel, 22:2 de La Biblia con la finalidad de hacer una reflexión sobre él. ¿Qué trataba de proponernos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Ezequiel, 22:2? ¿En qué coyunturas de nuestra vida cotidiana podemos poner en práctica aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Ezequiel, 22:2 de La Sagrada Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación en torno a lo que se refiere el versículo Ezequiel, 22:2 es un gran aporte que nos permite a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a aproximarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es bueno acudir al versículo Ezequiel, 22:2 cada vez que pueda servirnos de guía para saber cómo actuar o para traer paz a nuestros corazones.