<

Ezequiel, 22:8

>

Ezequiel, 22:8

No respetan mis lugares sagrados ni mis sábados.


Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado.


Mis santuarios menospreciaste, y mis días de reposo has profanado.


Mis santuarios menospreciaste y mis sábados has profanado.


Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado.


Mis sanctuarios menospreciaste: y mis Sabbados ensuziaste.


No respetan mis lugares sagrados ni mis sábados.


No respetan mis lugares sagrados ni mis sábados.


Menosprecias mis cosas santas y profanas mis sábados.


Has despreciado mis cosas sagradas y profanado mis días de reposo.


Has despreciado lo sagrado y has profanado mis días de descanso.


Menosprecias mis cosas santas y profanas mis sábados.


las cosas de Dios son despreciadas; mis sábados ignorados.


Has despreciado Mis cosas sagradas y has profanado Mis días de reposo.


Desprecias mis objetos santos y profanas mis días de descanso.


Menosprecian mis objetos sagrados, profanan mis sábados.


menosprecian mis cosas sagradas y profanan mis sábados.


Menosprecias mis cosas sagradas y profanas mis sábados.


A mis santuarios los menosprecias, y a mis días de reposo los profanas.


Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado.


Para colmo, no me adoran en sábado ni respetan los lugares sagrados.


Para colmo, no me adoran en sábado ni respetan los lugares sagrados.


El versiculo Ezequiel, 22:8 de La Sagrada Biblia es algo que deberíamos tomar constantemente en consideración de tal forma que podamos reflexionar sobre él.Seguramente sería adecuado preguntarse ¿Qué trataba de proponernos el Señor con el versículo Ezequiel, 22:8? ¿En qué coyunturas de nuestra vida cotidiana tenemos la oportunidad de hacer valer lo que aprendemos gracias al versículo Ezequiel, 22:8 de la Santa Biblia?

Meditar en torno a lo que se refiere el versículo Ezequiel, 22:8 nos supone una ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a elevar nuestra alma hacia Dios, por esa razón es conveniente apoyarse en el versículo Ezequiel, 22:8 todas las veces que nos pueda servir de guía y así saber cómo proceder o para traer la serenidad a nuestros corazones y almas.