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San Marcos, 2:11

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San Marcos, 2:11

—A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.


A ti te digo: Levántate, y toma tu lecho, y vete á tu casa.


A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.


A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.


A ti te digo: Levántate, y toma tu lecho, y vete a tu casa.


Ati digo, Leuantate, y toma tu lecho, y vete à tu caſa.


—A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.


—A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.


— A ti te hablo: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa.


A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.


—A ti te digo: ¡Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa!


—A ti te hablo: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa.


―A ti te digo, levántate, recoge la camilla y vete.


«A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».


«¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!».


A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.


¡Levántate, alza tu camilla y vete a tu casa!


A ti te digo, ¡levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!


“Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.”»


A ti te digo: Levántate, y toma tu lecho, y vete á tu casa.


«Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.»


«Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.»


Deberíamos tener continuamente presente el versículo San Marcos, 2:11 de La Sagrada Biblia con el propósito de reflexionar sobre él. ¿Qué pretendía manifestarnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo San Marcos, 2:11? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida diaria en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que hemos llegado a saber gracias al versículo San Marcos, 2:11 de La Sagrada Biblia?

Meditar en torno a lo que se refiere el versículo San Marcos, 2:11 nos ayuda a ser mejores personas y a acercarnos más a Dios, ese es el motivo por el cual es aconsejable apoyarse en el versículo San Marcos, 2:11 siempre que nos pueda servir de guía para saber en qué forma acturar o para traer el sosiego a nuestro espíritu.