Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo: —Sígueme. Leví se levantó y lo siguió.
Y pasando, vió á Leví, hijo de Alfeo, sentado al banco de los públicos tributos, y le dice: Sígueme. Y levantándose le siguió.
Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.
Al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: —Sígueme. Y levantándose, lo siguió.
Y pasando, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dice: Sígueme. Y levantándose le siguió.
Y paſſando vido à Leui hijo de Alpheo sentado àl vanco de los publicos tributos, y dizele, Sigueme. Y leuantãdoſe, siguiolo.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo: —Sígueme. Leví se levantó y lo siguió.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo: —Sígueme. Leví se levantó y lo siguió.
Al pasar, vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su despacho de recaudación de impuestos, y le dijo: — Sígueme. Leví se levantó y lo siguió.
Y al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: Sígueme. Y levantándose, le siguió.
Jesús iba caminando y vio a Leví hijo de Alfeo sentado en el lugar donde se pagaban los impuestos. Jesús le dijo: —Sígueme. Entonces Leví se levantó y lo siguió.
Al pasar, vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su despacho de recaudación de impuestos, y le dijo: —Sígueme. Leví se levantó y lo siguió.
Caminando por el lugar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la mesa donde cobraba los impuestos. ―Sígueme —le dijo Jesús. Y Leví se levantó y lo siguió.
Al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: «Sígueme». Y levantándose, lo siguió.
Mientras caminaba, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en su cabina de cobrador de impuestos. «Sígueme y sé mi discípulo», le dijo Jesús. Entonces Leví se levantó y lo siguió.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme» —dijo Jesús. Y Leví se levantó y lo siguió.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo sentado en el lugar de los tributos y le dijo: ¡Sígueme! Se levantó y lo siguió.
Y pasando, vio a Leví hijo de Alfeo sentado en el lugar de los tributos públicos, y le dijo: “¡Sígueme!”. Y levantándose, lo siguió.
De paso vio a Leví hijo de Alfeo, que estaba sentado donde se cobraban los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Y Leví se levantó y lo siguió.
Y pasando, vió á Leví, hijo de Alfeo, sentado al banco de los públicos tributos, y le dice: Sígueme. Y levantándose le siguió.
Luego, mientras caminaban, Jesús vio a Mateo hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo: «Sígueme.» Mateo se levantó enseguida y lo siguió.
Luego, mientras caminaban, Jesús vio a Mateo hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo: «Sígueme.» Mateo se levantó enseguida y lo siguió.
El versiculo San Marcos, 2:14 de los Textos Sagrados que componen la Biblia consiste en algo que nos conviene tener continuamente presente con el propósito de analizarlo y pensar acerca de él. Acaso deberíamos preguntarnos ¿Qué pretendía manifestarnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo San Marcos, 2:14? ¿En qué coyunturas de nuestra vida diaria tenemos la oportunidad de recurrir a lo que hemos llegado a saber gracias al versículo San Marcos, 2:14 de La Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo San Marcos, 2:14 nos supone una ayuda a ser mejores cristianos y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, ese es el motivo por el cual es conveniente apoyarse en el versículo San Marcos, 2:14 en todas aquellas ocasiones en que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir y así saber en qué forma acturar o para traer paz a nuestros corazones.