«¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Solo Dios puede perdonar pecados.»
Decían: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?
¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?
«¿Por qué habla este de ese modo? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?»
decían: ¿Por qué habla éste blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Dezian, Porque habla eſte blasphemias? Quien puede perdonar peccados, ſino solo Dios?
«¿Cómo se atreve éste a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Sólo Dios puede perdonar pecados.»
«¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Solo Dios puede perdonar pecados.»
“¿Cómo habla así este? ¡Está blasfemando! ¡Solamente Dios puede perdonar pecados!”.
¿Por qué habla este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?
«¿Por qué se atreve este hombre a hablar así? Es una ofensa a Dios. El único que puede perdonar pecados es Dios».
«¿Cómo habla este así? ¡Está blasfemando! ¡Solamente Dios puede perdonar pecados!».
«¿Cómo se atreve a hablar así? ¡Eso es una blasfemia! ¡Dios es el único que puede perdonar los pecados!».
«¿Por qué habla Este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?».
«¿Qué es lo que dice? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados!».
«¿Por qué habla este así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».
¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?
—¿Por qué habla este así? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados sino uno solo, Dios?
«¿Qué es lo que dice este? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados? ¡Nadie sino Dios!»
Decían: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?
«¿Cómo se atreve este a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Solo Dios puede perdonar pecados.»
«¿Cómo se atreve este a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Solo Dios puede perdonar pecados.»
Es muy recomendable tener en todo momento presente el versículo San Marcos, 2:7 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el fin de analizarlo y pensar acerca de él. Acaso deberíamos preguntarnos ¿Qué quiso proponernos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo San Marcos, 2:7? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida cotidiana en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo San Marcos, 2:7 de La Sagrada Biblia?
Meditar sobre el versículo San Marcos, 2:7 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores cristianos y a acercarnos más a Dios, por ese motivo es conveniente servirse del versículo San Marcos, 2:7 todas las veces que nos pueda servir de guía y así saber cómo proceder o para traer la tranquilidad a nuestro espíritu.