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San Marcos, 2:5

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San Marcos, 2:5

Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: —Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.


Y viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.


Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.


Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: —Hijo, tus pecados te son perdonados.


Y viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.


Y viẽdo lesus la fe de ellos: dize àl paraly tico, Hijo, tus peccados te sõ perdonados.


Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: —Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.


Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: —Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.


Jesús, viendo la fe de quienes lo llevaban, dijo al paralítico: — Hijo, tus pecados quedan perdonados.


Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.


Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al paralítico: —Hijo, tus pecados quedan perdonados.


Jesús, viendo la fe de quienes lo llevaban, dijo al paralítico: —Hijo, tus pecados quedan perdonados.


Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: ―Hijo, tus pecados quedan perdonados.


Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados».


Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados».


Al ver la fe de ellos Jesús dijo al paralítico: —¡Hijo, tus pecados quedan perdonados!


Cuando Jesús vio la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.


Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: —Hijo, tus pecados te son perdonados.


Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Hijo, los pecados te son perdonados.»


Y viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.


Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.»


Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.»


El versiculo San Marcos, 2:5 de los Textos Sagrados que componen la Biblia consiste en algo que es aconsejable tener siempre presente con el propósito de hacer una reflexión sobre él. ¿Qué quiso proponernos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo San Marcos, 2:5? ¿En qué momentos de nuestro día a día podemos poner en práctica lo que hemos aprendido gracias al versículo San Marcos, 2:5 de La Sagrada Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación en relación con el versículo San Marcos, 2:5 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a acercarnos más a Dios, por esa razón es aconsejable acudir al versículo San Marcos, 2:5 siempre que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen para saber cómo proceder o para traer la paz a nuestro espíritu.