2-3 (3-4) Hazme caso, contéstame; en mi angustia te invoco. Me hacen temblar la voz del enemigo y los gritos de los malvados. Me han cargado de aflicciones; me atacan rabiosamente.
Estáme atento, y respóndeme: Clamo en mi oración, y levanto el grito
Está atento, y respóndeme; Clamo en mi oración, y me conmuevo
atiéndeme y respóndeme. Clamo en mi oración, y me conmuevo
Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo
Escucha, ó Dios, mi oracion, y no te escondas de mi suplicacion.
Dios mío, escucha mi oración; no desatiendas mi súplica.
2-3 (3-4) Hazme caso, contéstame; en mi angustia te invoco. Me hacen temblar la voz del enemigo y los gritos de los malvados. Me han cargado de aflicciones; me atacan rabiosamente.
Escucha, oh Dios, mi oración, no ignores mi súplica
Atiéndeme y respóndeme; conmovido estoy en mi queja y muy conturbado
Préstame atención, respóndeme; estoy muy intranquilo y perturbado
atiéndeme, respóndeme. Estoy turbado por mi pesar, aturdido
Por favor, óyeme y respóndeme, porque mis cargas me agobian.
Atiéndeme y respóndeme; Conmovido estoy en mi queja y muy conturbado
Por favor, escúchame y respóndeme, porque las dificultades me abruman.
¡Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran
Está atento y respóndeme. Estoy inquieto y conturbado en mi oración
Escúchame y respóndeme. En mi pensar estoy deprimido y turbado
Préstame atención; ¡respóndeme! En mi oración clamo a ti, y me conmuevo
Estáme atento, y respóndeme: Clamo en mi oración, y levanto el grito
2-3 (3-4) ¡Atiéndeme! ¡Respóndeme! Estoy angustiado, y no encuentro paz. Me asusta oír los gritos de los malvados enemigos que me oprimen. No solo se enojan conmigo; para colmo, me persiguen.
2-3 (3-4) ¡Atiéndeme! ¡Respóndeme! Estoy angustiado, y no encuentro paz. Me asusta oír los gritos de los malvados enemigos que me oprimen. No solo se enojan conmigo; para colmo, me persiguen.
Es aconsejable tomar siempre en consideración el versículo Salmos, 55:2 de La Biblia a fin de hacer una reflexión en torno a él.Tal vez sería bueno preguntarse ¿Qué quiso decirnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Salmos, 55:2? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida diaria en que seremos capaces de aplicar aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Salmos, 55:2 de la Santa Biblia?
El hecho de reflexionar en relación con el versículo Salmos, 55:2 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a acercarnos más a Dios, por ese motivo es bueno recurrir al versículo Salmos, 55:2 todas las veces que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber cómo proceder o para traer la serenidad a nuestros corazones.