Y ahora voy a Jerusalén, obligado por el Espíritu, sin saber lo que allí me espera.
Y ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy á Jerusalem, sin saber lo que allá me ha de acontecer
Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer
Ahora, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que allá me ha de acontecer
Y ahora, he aquí, que yo atado del Espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer
Y aora heaqui que yo, atado del Eſpiritu, voy à Ieruſalem ſin ſaber loque allà meha de acontecer
Y ahora voy a Jerusalén, obligado por el Espíritu, sin saber lo que allí me espera.
Y ahora voy a Jerusalén, obligado por el Espíritu, sin saber lo que allí me espera.
Ahora, como ven, me dirijo a Jerusalén impelido por el Espíritu, sin saber a ciencia cierta lo que allí me acontecerá.
Y ahora, he aquí que yo, atado en espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que allá me sucederá
»Pero ahora debo obedecer al Espíritu e ir a Jerusalén. No sé qué me va a pasar allí.
Ahora, como ven, me dirijo a Jerusalén impelido por el Espíritu, sin saber a ciencia cierta lo que allí me acontecerá.
»Al ir a Jerusalén lo hago llevado por el Espíritu. No sé lo que me espera
»Ahora yo, atado en espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que allá me sucederá
»Ahora estoy obligado por el Espíritu a ir a Jerusalén. No sé lo que me espera allí
»Y ahora tengan en cuenta que voy a Jerusalén obligado por el Espíritu, sin saber lo que allí me espera.
Ahora miren, voy a Jerusalén atado en el espíritu, sin saber lo que me sucederá allá.
“Ahora, he aquí yo voy a Jerusalén con el espíritu encadenado, sin saber lo que me acontecerá allí
Ahora voy a Jerusalén, llevado por el Espíritu, pero no sé lo que allá me espera
Y ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy á Jerusalem, sin saber lo que allá me ha de acontecer
»Ahora debo ir a Jerusalén, pues el Espíritu Santo me lo ordena. No sé lo que me va a pasar allá.
»Ahora debo ir a Jerusalén, pues el Espíritu Santo me lo ordena. No sé lo que me va a pasar allá.
El versiculo Hechos, 20:22 de La Sagrada Biblia es algo que hay que tomar en todo momento en cuenta de manera que podamos hacer una reflexión sobre él.Tal vez sería adecuado preguntarse ¿Qué pretendía manifestarnos Dios Padre con el versículo Hechos, 20:22? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida cotidiana en que podemos llevar a la práctica lo que hemos aprendido gracias al versículo Hechos, 20:22 de Las Sagradas Escrituras?
Dedicar tiempo a la meditación acerca de el versículo Hechos, 20:22 es un gran aporte que nos permite a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa razón es oportuno servirse del versículo Hechos, 20:22 cada vez que nos pueda servir de guía para saber cómo actuar o para traer la paz a nuestros corazones y almas.