Estén alerta; acuérdense de que durante tres años, de día y de noche, no dejé de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.
Por tanto, velad, acordándoos que por tres años de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas á cada uno.
Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.
Por tanto, velad, acordándoos de que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.
Por tanto, velad, acordándoos que por tres años de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno de vosotros.
Portanto velad, acordandohos que por tres años, de noche y de dia, no he ceſſado de amonestar con lagrimas à cada vno de vosotros.
Estén alerta; acuérdense de que durante tres años, de día y de noche, no dejé de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.
Estén alerta; acuérdense de que durante tres años, de día y de noche, no dejé de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.
Estén vigilantes, por tanto, y recuerden que durante tres años no cesé de aconsejar día y noche, incluso con lágrimas, a cada uno de ustedes.
Por tanto, estad alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas.
¡Por eso tengan cuidado! Recuerden que por tres años, día y noche y hasta con lágrimas, nunca dejé de aconsejarles sobre cómo deben vivir.
Estén vigilantes, por tanto, y recuerden que durante tres años no cesé de aconsejar día y noche, incluso con lágrimas, a cada uno de ustedes.
¡Estén alertas! Recuerden los tres años que pasé con ustedes, y que de día y de noche con lágrimas los exhorté a todos ustedes.
Por tanto, estén alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas.
¡Cuidado! Recuerden los tres años que pasé con ustedes —de día y de noche mi constante atención y cuidado— así como mis muchas lágrimas por cada uno de ustedes.
Así que estén alerta. Recuerden que día y noche, durante tres años, no he dejado de amonestar con lágrimas a cada uno en particular.
Por tanto, velen. Recuerden que noche y día durante tres años, no me cansé de amonestar con lágrimas a cada uno.
Por tanto, velen, acordándose que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar con lágrimas a cada uno.
Por lo tanto, manténganse atentos y recuerden que noche y día, durante tres años, con lágrimas en los ojos siempre he aconsejado a cada uno de ustedes.
Por tanto, velad, acordándoos que por tres años de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas á cada uno.
»Por eso, tengan mucho cuidado. Recuerden los consejos que les he dado durante tres años, a pesar de tantos problemas y dificultades.
»Por eso, tengan mucho cuidado. Recuerden los consejos que les he dado durante tres años, a pesar de tantos problemas y dificultades.
Es aconsejable tomar en todo momento en cuenta el versículo Hechos, 20:31 de La Biblia de manera que podamos analizarlo y pensar sobre él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué intentaba proponernos Dios Padre con el versículo Hechos, 20:31? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo Hechos, 20:31 de Las Sagradas Escrituras?
Meditar en relación con el versículo Hechos, 20:31 es un gran aporte que nos permite a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, por esa cuestión es oportuno servirse del versículo Hechos, 20:31 todas las veces que nos pueda servir de guía para saber cómo actuar o para traer paz a nuestros corazones.