«Voy a quitarte de un solo golpe a la persona que tú más quieres. Pero no te lamentes ni llores; no derrames lágrimas.
Hijo del hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deseo de tus ojos: no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas.
Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas.
«Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos; no hagas lamentación ni llores ni corran tus lágrimas.
Hijo de hombre, he aquí que yo te quito por muerte el deseo de tus ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas.
Hombre, heaqui que yo te quito por muerte el deſſeo de tus ojos: no endeches ni llores, ni te venga lagrima.
«Voy a quitarte de un solo golpe a la persona que tú más quieres. Pero no te lamentes ni llores; no derrames lágrimas.
«Voy a quitarte de un solo golpe a la persona que tú más quieres. Pero no te lamentes ni llores; no derrames lágrimas.
— Hijo de hombre, voy a quitarte de repente la delicia de tus ojos. Pero no harás duelo ni llorarás, ni derramarás una sola lágrima.
Hijo de hombre, he aquí, voy a quitarte de golpe el encanto de tus ojos; pero no te lamentarás, ni llorarás, ni correrán tus lágrimas.
«Mira, hijo de hombre, en un abrir y cerrar de ojos te arrebataré la luz de tu vida, pero no te lamentes ni llores. Que no te salgan lágrimas.
—Hijo de hombre, voy a quitarte de repente la delicia de tus ojos. Pero no harás duelo ni llorarás, ni derramarás una sola lágrima.
«Hombre mortal, voy a quitarte tu hermosa esposa. Repentinamente ella morirá. Sin embargo, no debes mostrar ningún dolor. No llores; no le guardes luto.
«Hijo de hombre, voy a quitarte de golpe el encanto de tus ojos; pero no te lamentarás, ni llorarás, ni correrán tus lágrimas.
«Hijo de hombre, de un solo golpe te quitaré tu tesoro más querido; sin embargo, no debes expresar ningún dolor ante su muerte. No llores; que no haya lágrimas.
«Hijo de hombre, voy a quitarte de golpe la mujer que te deleita la vista. Pero no llores ni hagas lamentos, ni dejes tampoco que te corran las lágrimas.
Hijo de hombre, mira, voy a quitarte de golpe el deleite de tus ojos. No lamentes, ni llores, ni corran tus lágrimas.
—Oh hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos. Pero tú no harás duelo ni llorarás ni correrán tus lágrimas.
«Mira, hijo de hombre: voy a arrebatarte de un solo golpe a la mujer que admiras. Pero no llores por ella ni lamentes su muerte. No derrames por ella una sola lágrima.
Hijo del hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deseo de tus ojos: no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas.
«Ezequiel, tú quieres mucho a tu esposa, pero yo te la voy a quitar de repente. Y no quiero que llores, ni que des muestras de dolor como hace todo el mundo cuando alguien muere. Vas a tener que sufri
«Ezequiel, tú quieres mucho a tu esposa, pero yo te la voy a quitar de repente. Y no quiero que llores, ni que des muestras de dolor como hace todo el mundo cuando alguien muere. Vas a tener que sufri
Es muy recomendable tener siempre presente el versículo Ezequiel, 24:16 de La Biblia a fin de hacer una reflexión acerca de él.Probablemente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía decirnos Dios Padre con el versículo Ezequiel, 24:16? ¿En qué ocasiones de nuestra vida cotidiana tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Ezequiel, 24:16 de La Sagrada Biblia?
Reflexionar en torno a lo que se refiere el versículo Ezequiel, 24:16 nos supone una ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa razón es conveniente recurrir al versículo Ezequiel, 24:16 todas las veces que nos pueda servir de guía y así saber cómo proceder o para traer la paz a nuestros corazones y almas.