»”Porque el Señor dice: ¡Ay de la ciudad asesina! Es como una olla enmohecida, a la que el moho no se le quita. Saca tú, uno a uno, los pedazos de carne, hasta dejar la olla vacía.
Pues así ha dicho el Señor Jehová: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla no espumada, y cuya espuma no salió de ella! Por sus piezas, por sus piezas sácala; no caiga sobre ella suerte.
Pues así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas, por sus piezas sácala, sin echar suerte sobre ella.
»”Pues así ha dicho Jehová, el Señor: »”¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas, por sus piezas sácala, sin echar suertes sobre ella.
Pues así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de la ciudad de sangre, de la olla no espumada, y cuya espuma no salió de ella! Por sus piezas, por sus piezas sácala; no caiga sobre ella suerte (de herencia).
Portãto anſi dixo el Señor Iehoua: Ay de la Ciudad de sangres, de la olla no espumada, y que ſu espuma no ſalió deella. Por ſus pieças, por ſus pieças la saca: no cayga ſobre ella fuerte.
»”Porque el Señor dice: ¡Ay de la ciudad asesina! Es como una olla enmohecida, a la que el moho no se le quita. Saca tú, uno a uno, los pedazos de carne, hasta dejar la olla vacía.
»”Porque el Señor dice: ¡Ay de la ciudad asesina! Es como una olla enmohecida, a la que el moho no se le quita. Saca tú, uno a uno, los pedazos de carne, hasta dejar la olla vacía.
Pues esto dice el Señor Dios: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, de la olla llena de roña, cuya herrumbre no se quita! Vacíala tajada a tajada pues no tiene posibilidad de perdón.
»Porque así dice el Señor DIOS: “¡Ay de la ciudad sanguinaria, de la olla que tiene herrumbre, cuya herrumbre no se le va! Trozo por trozo sácala, sin echar suertes sobre ella.
»Por lo tanto el Señor DIOS dice: ¡Ay de Jerusalén, ciudad sanguinaria! ¡Ay de esa olla oxidada cuyas manchas no se pueden quitar! Saca todos los pedazos de carne, pero no se los des a nadie.
Pues esto dice el Señor Dios: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, de la olla llena de roña, cuya herrumbre no se quita! Vacíala tajada a tajada pues no tiene posibilidad de perdón.
»Pues el SEÑOR Dios dice: “¡Ay de Jerusalén, Ciudad de Homicidas, tú eres como una olla herrumbrosa y desportillada! Luego saca la carne trozo a trozo en cualquier orden que venga, pues ninguna parte
”Porque así dice el Señor DIOS: ‘¡Ay de la ciudad sanguinaria, De la olla que tiene herrumbre, Cuya herrumbre no se le va! Trozo por trozo sácala, Sin echar suertes sobre ella.
»”Ahora bien, esto dice el SEÑOR Soberano: ¡qué aflicción le espera a Jerusalén, ciudad de asesinos! Ella es una olla de cocina cuya corrupción no puede limpiarse. Saca los trozos de carne al azar, po
»”Porque el SEÑOR omnipotente dice: »”¡Ay de la ciudad sanguinaria! ¡Ay de esa olla herrumbrada, cuya herrumbre no se puede quitar! Saca uno a uno los trozos de carne, tal como vayan saliendo.
Pues ʼADONAY YAVÉ dice: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, de la oxidada olla de cocinar cuyo óxido no despega! Vacíala poco a poco. No eches suerte sobre ella
“Porque así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘¡Ay de la ciudad sanguinaria, la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha salido de ella! Vacíala pedazo por pedazo, sin que se echen suertes por ella.
Así ha dicho Dios el Señor: «¡Ay de la ciudad sanguinaria! ¡Ay de la olla oxidada, cuya herrumbre no se puede limpiar! ¡Saca las piezas de carne, una por una! ¡No las escojas!
Pues así ha dicho el Señor Jehová: Ay de la ciudad de sangres, de la olla no espumada, y cuya espuma no salió de ella! Por sus piezas, por sus piezas sácala; no caiga sobre ella suerte.
«Ezequiel, toma nota de esta fecha, porque hoy mismo el rey de Babilonia ha empezado su ataque contra Jerusalén. Quiero que vayas a ver a los israelitas, y que delante de ellos hagas lo siguiente: Pon
«Ezequiel, toma nota de esta fecha, porque hoy mismo el rey de Babilonia ha empezado su ataque contra Jerusalén. Quiero que vayas a ver a los israelitas, y que delante de ellos hagas lo siguiente: Pon
Nos conviene tomar continuamente en consideración el versículo Ezequiel, 24:6 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con la finalidad de meditar acerca de él.Quizás sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso manifestarnos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Ezequiel, 24:6? ¿En qué ocasiones de nuestro día a día tenemos la oportunidad de recurrir a aquello que aprendemos gracias al versículo Ezequiel, 24:6 de La Biblia?
Hacer un análisis profundo en torno a lo que se refiere el versículo Ezequiel, 24:6 es un gran aporte que nos permite a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, por esa razón es útil acudir al versículo Ezequiel, 24:6 todas y cada una de las veces que necesitemos una luz que nos guíe y así saber qué pasos dar o para traer la paz a nuestras almas.