(¡Maldito el que no haga con gusto el trabajo que el Señor encarga! ¡Maldito el que se niegue a tomar parte en la matanza!)
Maldito el que hiciere engañosamente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere su cuchillo de la sangre.
Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada.
¡Maldito el que haga con indolencia la obra de Jehová! ¡Maldito el que retraiga de la sangre su espada!
Maldito el que hiciere engañosamente la obra del SEÑOR, y maldito el que detuviere su espada de la sangre.
Maldito elque hiziere engañosamẽte la obra de Iehoua: y maldito elque detuuiere ſu cuchillo de la sangre.
(¡Maldito el que no haga con gusto el trabajo que el Señor encarga! ¡Maldito el que se niegue a tomar parte en la matanza!)
(¡Maldito el que no haga con gusto el trabajo que el Señor encarga! ¡Maldito el que se niegue a tomar parte en la matanza!)
¡Maldito quien sea negligente en la tarea que encargó el Señor! ¡Maldito quien trate de impedir que su espada se harte de sangre!
Maldito el que hace la obra del SEÑOR con engaño; maldito el que retrae su espada de la sangre.
Maldito el que sólo aparenta hacer el trabajo del SEÑOR; maldito el que no manche de sangre su espada.
¡Maldito quien sea negligente en la tarea que encargó el Señor! ¡Maldito quien trate de impedir que su espada se harte de sangre!
¡Malditos quienes refrenan sus espadas de derramar la sangre de ustedes, negándose a realizar la obra que el SEÑOR les ha encomendado!
Maldito el que hace la obra del SEÑOR con engaño; Maldito el que retrae su espada de la sangre.
¡Malditos los que se rehúsen a hacer el trabajo del SEÑOR, los que retengan la espada del derramamiento de sangre!
»¡Maldito el que sea negligente para realizar el trabajo del SEÑOR! ¡Maldito el que de la sangre retraiga su espada!
Maldito el que hace la obra de YAVé con negligencia. Maldito el que restrinja su espada de la sangre.
¡Maldito el que haga con negligencia la obra del SEÑOR! ¡Maldito el que retraiga su espada de la sangre!
¡Malditos sean los que no cumplan con lo que el Señor les ha ordenado hacer! ¡Malditos sean los que no empapen con sangre su espada!
Maldito el que hiciere engañosamente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere su cuchillo de la sangre.
»¡Maldito sea el que no quiera tomar la espada para matar! ¡Maldito sea el que de mala gana haga lo que yo le ordene!
»¡Maldito sea el que no quiera tomar la espada para matar! ¡Maldito sea el que de mala gana haga lo que yo le ordene!
El versiculo Jeremías, 48:10 de La Biblia consiste en algo que es preciso tener continuamente presente de manera que podamos meditar sobre él.Quizás sería adecuado preguntarse ¿Qué intentaba proponernos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Jeremías, 48:10? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida diaria en que seremos capaces de aprovechar lo que hemos aprendido gracias al versículo Jeremías, 48:10 de La Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación en torno a lo que se refiere el versículo Jeremías, 48:10 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, esa es la razón por la cual es oportuno servirse del versículo Jeremías, 48:10 todas y cada una de las veces que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen y así saber qué pasos dar o para traer la serenidad a nuestro espíritu.